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Presentación del libro «Profundizando en el Diván Reichiano» de Xavier Serrano – Eduardo Braier – Psicoterapia

Profundizando en el Diván Reichiano. Discurso de Eduardo Braier en el Colegio de psicólogos de Cataluña. Barcelona, Viernes 15 de Junio de 2012

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vegetoterapia-en-psicoterapia-caracteroanalitica

Estamos aquí reunidos para celebrar la aparición de un libro, acontecimiento que siempre constituye un festejo. Para mí lo es por partida doble, en tanto Xavier Serrano es alguien a quien me une un mutuo respeto y valoración profesional, así como un gran aprecio y simpatía, cimentados a lo largo de los ya muchos años trascurridos desde que nos conocimos y fortalecidos en diferentes encuentros en Valencia y Barcelona.

Constituye por tanto un motivo de honda satisfacción y un halago para mí que él me haya invitado a participar en esta presentación.

Como es sabido, no se trata del primer texto de Serrano, que tiene en su haber una extensa producción de libros y artículos, buena parte de la cual es citada en este volumen. Tampoco nos encontramos ante una obra más dentro de esta producción.

Me refiero a que, en mi criterio, este texto es especialmente importante en la trayectoria profesional de su autor, en tanto nos ofrece una acabada y minuciosa descripción de la vegetoterapia en la psicoterapia caracteroanalítica, tal como ha venido siendo practicada por él mismo y sus estudiosos y brillantes colegas de la Escuela Española de Terapia Reichiana, la ESTER, en Valencia, de la que Serrano es director y cofundador.

(ESTER, feliz conjugación de una sigla que se convierte en un nombre de mujer y que evoca además a la heroína bíblica). Este volumen, cuya redacción no en vano le insumió varios años, representa la culminación de décadas de investigación, estudio y experiencia clínica de Xavier, quien expone aquí un modelo terapéutico sistematizado, bien elaborado y en constante revisión y evolución, que ha ido superando la prueba del tiempo y que se puede transmitir, enseñar y aprender, si cabía alguna duda todavía al respecto.

Profundizando en el diván reichiano es entonces un texto de consulta para todos aquellos interesados en los procedimientos terapéuticos inspirados en las ideas de W. Reich en torno a la psicopatología y la psicoterapia, en el que se suman además los aportes y experiencias personales de Serrano e incluye los alcances preventivos de dichos procedimientos en el ámbito familiar y escolar. Su autor ha puesto en esta obra, como suele decirse -y esta metáfora no tiene necesariamente un origen argentino- “toda la carne en el asador”.

La modalidad expositiva de Xavier está hecha de un lenguaje llano, directo y a la vez riguroso, sin veleidades literarias, con la sola intención de comunicar de la manera más clara posible sus ideas, que de eso se trata esencialmente.

Otra característica, especialmente sobresaliente de este libro, es su impresionante bibliografía, dada su variedad y extensión. Kilométrica bibliografía, que refleja la erudición del autor, así como su amplitud de miras, ofreciendo de este modo numerosas referencias al lector interesado en ahondar en los diversos temas que trata el libro. Por ejemplo, podríamos decir que prácticamente ninguno de los marcos referenciales del psicoanálisis clásico le es ajeno.

A continuación me ocuparé de efectuar breves comentarios acerca de algunos de los capítulos que conforman el libro, en especial aquellos cuya temática me es más familiar, dentro de lo específicamente psicoanalítico

Tanto la introducción como el capítulo primero se refieren a la obra de Wilhelm Reich, quien, como sabemos, fue primeramente un destacado psicoanalista y, tal como remarca Xavier, pionero de la sexología y de las psicoterapias corporales, del cual entre reichianos sería redundante seguir hablando. (En mi tierra se diría que hacerlo sería como querer venderles naranjas a los paraguayos; en este caso este dicho bien podría trasladarse a los valencianos: venderles naranjas a los valencianos… y a los que son reichianos además). Sin embargo, déjenme decirles -reiterarles en realidad, porque cuando me ha tocado compartir encuentros con vosotros no me he cansado de repetirlo- que para muchos psicoanalistas, entre los que me cuento, el mérito de Reich es enorme, en lo que concierne sobre todo a sus decisivas y pioneras contribuciones al análisis del carácter, particularmente en lo referente a las resistencias a la labor terapéutica provenientes del carácter del paciente. Siempre les recuerdo a los estudiantes de psicoanálisis que todo tratamiento psicoanalítico es, como decía Reich -y también Fenichel sostuvo algo similar- un análisis del carácter. Esto define al método psicoanalítico (entre los reichianos se suma a ello la terapia corporal, claro está), convirtiéndolo en uno de los más ambiciosos procedimientos que se conozcan en lo que a alcances terapéuticos se refiere, ya que entraña nada menos que la posibilidad de cambios cuali y cuantitativos en el carácter.

En los primeros capítulos Xavier nos describirá y nos comentará con generoso detalle los distintos avatares en la trayectoria del tan denostado como ignorado Reich y cómo fueron surgiendo sus contribuciones. Junto con Ferenczi, Reich constituye para mí una de las figuras más valiosas marginadas por el psicoanálisis oficial. En los años ’30, Reich resultaba, entre otras cosas, incómodo y peligroso para el movimiento psicoanalítico internacional debido a sus definidas ideas políticas de izquierda. No puede extrañarnos que en los ’40, cuando se hallaba en los EEUU, fuera víctima de la persecución de Mac Arthur y sus secuaces, y hasta iría a parar a la cárcel en 1955.

La necesaria reseña que hace Xavier de la trayectoria de Reich es el preludio que fundamenta los desarrollos post-reichianos de varios profesionales de la salud mental, cuya vida y obra también expone sintéticamente en esta primera parte de su volumen

Todo esto, como señala Xavier, es concebido desde una mirada holística, propia de los psicoterapeutas postreichianos.

La posición del autor se basa fundamentalmente en el enfoque bio-psico-social de Reich, creador de un nuevo paradigma científico, que abre caminos en campos tales como el análisis del carácter, de la sexualidad (con su teoría del orgasmo, entre otros aportes), la medicina psicosomática y la psicología social, esto último a través del llamado psicoanálisis dialéctico o marxista. El marco conceptual de Xavier comprende además las contribuciones de discípulos de Reich, sobre todo Ola Raknes y Federico Navarro, pero va más allá como consecuencia de un trabajo en equipo que toma en cuenta también otros modelos, entre los que incluye los aportados por mí. En efecto, Xavier cita generosamente mis libros y artículos, cosa que le agradezco.

En el capítulo introductorio, al anticiparnos el desarrollo de los sucesivos capítulos, nos describe las variantes de la psicoterapia caracteroanalítica, que son: la atención en crisis, la psicoterapia breve la psicoterapia profunda. Nos aclara además que hará hincapié en esta última, puesto que ya expuso en un texto anterior las características de la psicoterapia breve caracteroanalítica. El estudio sistemático de cada procedimiento contempla los objetivos terapéuticos, el diagnóstico, el encuadre y las herramientas técnicas a emplear en cada caso.

Asimismo el autor señala allí que uno de los principales objetivos de este libro es describir las vicisitudes del proceso de cambio que tiene lugar en el diván reichiano, el cual añade a la técnica psicoanalítica clásica la respiración del propio paciente, que se convierte en material de asociación libre y a través de la que éste expresará sus emociones y actitudes caracteriales inconcientes.

El capítulo primero se refiere a los orígenes de las psicoterapias corporales, arrancando desde el modelo psicoanalítico freudiano para desembocar de lleno en las revolucionarias contribuciones de Reich, siguiendo con las de postreichianos como Raknes, Navarro y el propio Serrano con sus compañeros de la ESTER.

El capítulo segundo aborda directamente la vegetoterapia caracteroanalítica de W. Reich y la clínica postreichiana. Revisa el ya citado aporte de Reich acerca de las resistencias caracterológicas, su núcleo enraizado en defensas narcisistas, los inconvenientes derivados de que los rasgos patológicos del carácter -a mí me gusta hablar de “caracteropatías” en estos casos- sean generalmente egosintónicos para el paciente, para continuar con la teoría reichiana del orgasmo y desembocar en el descubrimiento del orgón.

En el mismo capítulo nuestro autor comentará la trayectoria y las obras de algunos representantes del movimiento postreichiano tales como Baker, Hopper, así como los ya mencionados Raknes y Navarro.

Como muchos de vosotros sabéis, Navarro, que fuera inicialmente psicoanalista de la IPA, se formó luego en Vegetoterapia con Raknes, creando el Centro W.Reich y ulteriormente, en 1974, junto a otros, la Societá Italiana de RichercheTerapia Orgonómica, que a su vez dio lugar a la creación de la Scuola Europea di Orgonoterapia (SEOR), a la que se vinculó Xavier. Dada su posterior relación con países latinoamericanos, dicha escuela derivó en la IFOC (International Federation Orgonomic Colleges’s, de la que Navarro fue presidente honorario hasta su fallecimiento en 2002.

Resultan muy útiles los aportes de Navarro -de quien Xavier se honra de haber sido su discípulo y amigo- a la prevención y educación, mencionados en este volumen, como cuando se nos recuerda que – cito aquí textualmente a Navarro- “… un bebé que llora es un bebé desdichado y que siempre se debe aliviar su sufrimiento para que no acumule estrés”, postura tan diferente de las ideas de ciertos consejeros que pululan con no poco éxito entre la población de nuestro medio y que proponen dejar llorar al niño hasta que se seque de llanto para, según dicen ellos, evitar malcriarlo…

Pero hemos de volver a Reich. Sus contribuciones abarcaron distintos aspectos y momentos de la existencia humana. Así, su inquietud por lo que podemos llamar “lo social” no fue en detrimento de sus consideraciones teóricas en torno a los primeros momentos del desarrollo del sujeto, preocupación que compartiría con Ferenzci y desde donde surgieron en parte teorías como las del “apego”, de Bowlby. Y vendrían luego los Balint, Spitz,Winnicott, Mahler, Bion, Meltzer, Green y tantos otros. Serrano seguirá esta línea iniciada por Reich y Ferenczi, lo cual a mí me recuerda mucho también las contribuciones de mi compatriota Arnaldo Rascovsky en torno a la relación padres-hijo y su teoría del filicidio.

En otro capítulo Xavier se ocupa del encuadre profundo de la psicoterapia caracteroanalítica. Describe allí las distintas formas de activaciones musculares específicas que se emplean dentro del procedimiento y que Navarro denomina “actings”. Los mismos son un recurso para el insight, así como para estimular la producción de asociaciones y la abreacción en el paciente. No haré comentarios acerca de estas técnicas somáticas, en tanto es un tema que desconozco. Por lo demás, el proceso se asemeja al del psicoanálisis clásico, resaltando el autor la importancia del análisis de las resistencias y de la transferencia.

El libro nos ofrece a continuación una pormenorizada descripción del proceso psicodiagnóstico, destacando la necesidad y los beneficios de la tendencia biográfica, apropiada para la posterior aplicación de una psicoterapia, sobre la puramente descriptiva, esta última representada por el DSM-IV.

Se toman además especialmente en cuenta las teorizaciones de autores postfreudianos que ya hemos mencionado y que recibieron una clara influencia de Ferenczi y de Reich, tales como Balint, Winnicott, Spitz y Mahler, los cuales, como sabemos, han indagado en las etapas orales del desarrollo. También ocupa un lugar importante la obra de Bergeret, con su muy bien fundada concepción de la estructura de personalidad.

A todo esto, como es de suponer, se añaden una serie de enfoques que devienen de la propia experiencia del autor y sus colegas de la ESTER, de los que cabe destacar la consideración de los factores sociales, esto es, que el sujeto se halla inmerso en una sociedad enfermante (sobre todo porque últimamente, agregaría yo, crisis mediante, se está pasando del estado de Bienestar a un estado de Desamparo), lo cual tiene todo que ver con el alarmante cambio del paradigma clínico, hoy representado por el paciente fronterizo en lugar del neurótico, marcando esto la agravación del estado general de salud mental de la población.

Asimismo, el autor tiene especialmente en cuenta una evaluación del grado de analizabilidad en cada sujeto, siguiendo lineamientos establecidos por C. Paz en su conocido texto sobre el tema, criterio que comparto ampliamente.

Acto seguido reproduciré de modo textual un pasaje del libro que en mi opinión constituye una muestra cabal del pensamiento y la experiencia de nuestro autor y que refleja en buena medida sus raíces reichianas. Acerca de la entrevista inicial nos dice Xavier:

Desde mi experiencia lo que menos nos va a interesar es la información que el paciente nos da a partir de nuestras preguntas, porque muchas veces las respuestas son defensivas y demasiado generales. La persona no está abierta, se siente presionada, censurada, tímida, extraña frente a un extraño y al mismo tiempo con necesidad de comprensión y de ayuda. Todo lo cual va a condicionar la forma de entender la pregunta y las respuestas. Pero sí resulta muy interesante la información que nos da su cuerpo, la forma en que se expresa, las reacciones ante las preguntas, sus posturas, su mirada, su tono, así como lo que vamos sintiendo nosotros con su presencia y lo que sentimos que va sintiendo a lo largo de nuestro encuentro

Hasta aquí la frase, cuya parte final es, desde luego, una clara referencia a la contratransferencia del entrevistador.

Propone también el autor el empleo de diversos tests y una batería de pruebas psicocorporales en cuyos detalles no entraremos, todo lo cual apunta a un mejor conocimiento de la estructura del futuro paciente, suministrando además al lector numerosos ejemplos clínicos que enriquecen el contenido del libro al proporcionar la necesaria articulación entre la exposición teórica y la praxis.

Viene luego una medulosa descripción en sucesivos capítulos del abordaje de las estructuras neuróticas, fronterizas psicóticas, que contiene abundantes consideraciones de gran utilidad para la práctica clínica en su condición de modelos psicopatológicos y de abordaje terapéutico. (Al igual que autores como O. Kernberg y a diferencia de otros como Lacan, el autor no incluirá las perversiones sexuales; desconozco el por qué. Tengo curiosidad por saberlo, dado que la estructura perversa posee a mi juicio peculiaridades que la diferencian de las otras). Se trata de una parte de especial interés dentro del conjunto del texto. Xavier le otorga allí una importancia decisiva a la denominada alianza de trabajo o alianza terapéutica, abrevando en las contribuciones de autores de la escuela americana como Zetzel y Greenson.

Nuestro autor ahonda en la consideración de los distintos tipos de carácter reconocidos por Reich, y lo hace a través de un minucioso relato, de gran utilidad clínica y plena vigencia, en el que figuran también sus propias observaciones. Así tenemos el carácter compulsivo, el masoquista (cuya descripción pone en evidencia que Reich no era partidario de la teoría freudiana de la existencia de una pulsión de muerte), el fáliconarcisista y el histérico. Cabría acaso considerar otros que integran la psicopatología psicoanalítica, pero Xavier se ha limitado a los citados.

En la concepción de los rasgos y de la estructura caracterológica debo decir además que hay aspectos en mi opinión muy importantes y que no forman mayormente parte de las teorizaciones reichianas, acerca de los cuales me vengo refiriendo en algunos trabajos y que sólo citaré. Ellos son: que el carácter no es solamente una estructura defensiva sino también desiderativa, en tanto revela y vehiculiza también las tendencias libidinales y agresivas del ello, enfoque que tiene importantes precedentes en Freud y también en Abraham (carácter oral, anal, etc.), aunque es cierto que Reich nos habla también de un carácter genital. El otro aspecto que quiero destacar es el papel de las identificaciones estructurantes en la formación del carácter. Por ende, también el de la acción des-identificatoria del tratamiento ejercida sobre las identificaciones patógenas responsables de rasgos patológicos del carácter.

No tiene desperdicio el capítulo dedicado a la clínica de lo fronterizo, en el que es de agradecer encontrar interesantes referencias para diagnosticar y comprender mejor estos cuadros, de tan frecuente presencia en nuestras consultas. Aquí Xavier recoge especialmente los aportes de O. Kernberg.

El libro culmina con capítulos consagrados a la clínica de lo psicótico y a la psicoterapia grupal, que no comentaré por razones de tiempo y porque tampoco estos campos integran mi propia praxis.

No querría finalizar esta presentación sin antes decirle, más bien confesarle públicamente algo a Xavier Serrano, haciéndolo extensivo a sus colegas postreichianos de Valencia y Barcelona, varios de los cuales se hallan hoy aquí presentes:

Puede parecer un gesto de pedantería de mi parte, pero entiendo que soy un tipo valiente. Aclaro por qué creo serlo: sencillamente porque en lugar de la medicina tradicional, siendo médico abracé la causa del psicoanálisis. Es cierto que la condición de psicoanalista en mi país de origen es hoy felizmente valorada y hasta confiere cierto prestigio dentro de la sociedad argentina, en particular en determinados medios científicos y culturales, pero lamentablemente estaremos de acuerdo en que no sucede lo mismo en la sociedad española, donde el psicoanálisis aún no acaba de ser aceptado y valorado y de insertarse en la cultura. Sucede que hace casi 20 años que me vine desde Argentina a vivir y a trabajar en Cataluña. Pero vosotros, Xavier y demás colegas reichianos, son más valientes que yo. Y saben por qué? Por ser reichianos. Esto les confiere un plus. Admiro esta cualidad. Miren, yo al menos puedo gozar de la aceptación que tenemos los psicoanalistas clásicos (llamésmosle así) en las comunidades psicoanalíticas, en nuestras sociedades. Somos varios miles en el mundo, incluida una asociación histórica y centenaria como es la IPA que fundó Freud en 1908 y a la que pertenezco desde hace ya mucho tiempo, pero vosotros en cambio formáis parte de una minoría de profesionales, los postreichianos, que injustamente vienen siendo bastante -si se me permite el término- “ninguneados”, no sólo desde la sociedad en general (aunque van ganando cada vez más adeptos por vuestro buen hacer científico y cultural a lo largo de ya muchos años), sino también por diversos sectores de la masa de psicoanalistas de las distintas corrientes, soportando aún los estigmas de los que ha sido objeto la figura de W. Reich: el Reich delirante, el Reich comunista, el agitador peligroso que acabó en la cárcel. Y aquí quería yo llegar: hay que ser muy valiente para ser reichiano, contar conque el reconocimiento, necesidad propia de todo ser humano, acaso tardará en llegar; para vivir con ello a cuestas, refugiándose en los círculos de seguidores del movimiento. Bien sabes Xavier que no es un elogio desde la retribución de atenciones o desde la obsecuencia. Y esta actitud corajuda vuestra lleva implícita una condición ética que en mi opinión es especialmente valiosa; porque uno elige, y vosotros, siguiendo a Reich, habéis elegido marchar en la vida por una senda trazada desde una inclaudicable búsqueda de la verdad en el ser humano, guiados por un compromiso en favor del bienestar, la paz, la igualdad, la libertad y la justicia. Intentan ayudar a vuestros pacientes poniendo lo mejor de vosotros, incorporando sin tapujos vuestra perspectiva de la sexualidad y vuestra certidumbre de la tremenda gravitación de los factores sociales, políticos y económicos a los que se encuentran expuestos la salud psíquica y corporal de los seres que habitamos este planeta. Porque para muestra de esto último ahí están los estragos provocados por la crisis global que hoy nos azota, originada en la deshumanización propia de un sistema capitalista que de forma tan valiente como lúcida denunciara precisamente vuestro héroe, Wilheim Reich.

Larga vida a ti, Xavier, a tu libro y a la ESTER.

Y muchas gracias a todos los presentes por vuestra atención.

Eduardo Braier


Ver otra presentación de este libro en Salud y Poder: Combatiendo la enfermedad social

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