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A usted, que plagia…

Usted se está perdiendo de la sorpresa, cuando se ha creado algo y esa creación termina y a la vez se queda inacabada.

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4 mins
copiar-pegar-en-internet

Con sorpresa he descubierto, por una casualidad desafortunada para usted, que un día se levantó de la cama perezoso. Tenía que escribir algo y no tuvo una mejor idea que copiar y pegar lo que ya había escrito yo meses antes. Un poquito de energía sí tenía para hacer un cambio fundamental: sustituir mi nombre por el suyo.

Después de la sorpresa vino a mi la rabia y la indignación. Pero, si le digo la verdad, eso sólo duró unos cuantos minutos porque rápidamente llegó un sentimiento mucho más poderoso: el de la lástima.

Qué lástima que usted tenga que hacer esto. Si tuviera un poquito de confianza, se daría cuenta de que, si un día usted se levanta perezoso, podría tomar una ducha y un buen desayuno y luego sentarse a mirar esa pantalla en blanco. Sentiría miedo, tal vez, de no saber cómo explicarse o de que no fluyeran las palabras que se le atropellan por dentro. Pero ahí permanecería usted, esperando, confiando, dejando que se abrieran las puertas de su creatividad.

¿A usted no se le atropellan las palabras por dentro? Entonces ahí sí que tenemos un problema. Si usted no se levanta de la cama con algo qué decir, se entiende que lo único posible sea echar mano de las únicas cartas que le quedan: buscar-copiar-pegar, pensando en que no se notará y creyendo que puede seguir aparentando.

¿Usted no tiene tiempo? ¿Son tantas las presiones de la vida cotidiana, que se queda impotente ante un reloj que le exige lograr lo que está más allá de sus límites? Lo que usted no sabe es que había otra alternativa. ¿Cuánto tiempo gasta usted buscando, copiando y pegando? ¿5 minutos?, ¿10 minutos? Le propongo un juego: la próxima vez invierta esos minutos en dejarse sentir el inmenso vacío que supone no saber cómo va a escalar la montaña diaria que es vivir con ética. Vale la pena, le prometo que le llegarán ideas.

¿A usted se le ha ocurrido preguntarse si el día que escribí lo que usted no tuvo reparo en apropiarse, yo tenía tiempo, ganas o pereza? O ¿será que usted piensa que yo me siento enfrente de mi ordenador y por arte de magia aparecen escritas las palabras en la pantalla? Estaría bien, ¿no? …

No. No estaría bien…

Usted se está perdiendo de otra magia diferente, que no tiene ni idea que sucede. La de descubrirse creando una forma SUYA de decir las mismas cosas. La de encontrarse a usted mismo en sus resistencias, en sus miedos, en sus batallas, en sus talentos, en sus posibilidades.

Usted se está perdiendo de la alegría que se siente cuando acaba un párrafo y de la emoción cuando pone su nombre al final de cada escrito… del escrito suyo, no de otros, claro está.

Usted se está perdiendo de la sorpresa, cuando se ha creado algo y esa creación termina y a la vez se queda inacabada. Se está perdiendo de la consciencia de que un punto final es una fantasía y de que, después de eso, no quedan más que miles de preguntas.

Pero ante todo, usted se está perdiendo de las voces de quienes se han tomado el tiempo -ese que usted no se ha tomado- de leerle, de aportarle, de completarle, de criticarle, de estar de acuerdo o en desacuerdo, de decirle «gracias», de pedirle más, de conversar, de convivir. De verdad, ¿no le gustaría saber lo que se siente?

No. Usted no produce rabia, ni indignación. Usted produce lástima.

Nota: Esta entrada es una respuesta a quienes acostumbran a utilizar escritos publicados en la red, sin nombrar la fuente. Por lo demás, todos los artículos de este blog se pueden leer, copiar, compartir y utilizar, de acuerdo con las condiciones de la siguiente licencia de Creative Commons.

Gracias por compartir este artículo

3 comentarios en «A usted, que plagia…»

  1. Creo que el plagio apunta a cuestiones económicas y allí debería ser estricto su control, cuando Ud. participa de una pagina abierta, de apoyo, de ayuda, de estimulo no es plagios, es la transmisión del exquisito tema descubierto y que se comparte con alegría y agradecimiento, si no es así ni lo pensamos así, mejor no participemos, ser tan estrictos para compartir si da lástima, en mi opinión.

    • Este blog y toda su información está abierta a la lectura y a la aportación de ideas convergentes y divergentes. Además está permitido copiar y compartir en las redes sociales, en otras páginas web y en espacios de difusión del pensamiento. Nombrar la fuente, no omitirla y desde luego, no cambiarla por otros falsos autores, me parece simplemente una cuestión de sentido común.

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