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Contactos Artificiales – Muletas que no ayudan a Caminar

La sencillez y la naturalidad se acercan más al contacto real, mientras que la forma en detrimento del contenido tiene más que ver con el contacto artificial

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6 mins
contacto-sustitutivo-wilhelm-reich
La mayoría de la gente es en verdad mucho menos potente de lo que se ve a sí misma en sus ensueños diurnos, y al mismo tiempo está dotada de capacidades mucho mayores de lo que expresa en la acción.
– Wilhelm Reich –

Y una vez más, hablamos sobre el contacto… o mejor sobre la falta de este. Comentaba en los escritos anteriores cómo el carácter se las ingenia para sobrevivir a una pugna constante entre los impulsos represores y los reprimidos. (Ver: Contacto y Psicoterapia Caracteroanalítica y Lo que quiere salir, pero no puede).

En ocasiones nos imaginamos grandes, insobornables, capaces de cualquier cosa. Y a falta de medir nuestras fuerzas y nuestros límites, nos metemos en unos berenjenales de alto calibre sin darnos cuenta de que más allá de la distorsionada imagen se encuentra la potencia, esa sí real, pero enjaulada en una maraña de represiones que no le permiten expresarse con libertad.

Y esto también tiene que ver con el contacto, en el sentido reichiano de la palabra. Hemos hablado de que la falta de contacto es una expresión de la batalla interior entre lo que está reprimido y lo que reprime, de lo cual no somos conscientes hasta que nos animamos a conocernos.

Cuando en esta batalla vence la destrucción de un contacto natural, aparecen intentos de establecer contactos sustitutivos como cuando, por ejemplo, se nos fractura una pierna y acudimos a unas muletas que nos ayuden a caminar, aunque sea a trompicones.

En principio, cuando el problema es de la pierna, las muletas funcionan muy bien mientras recuperamos la capacidad para caminar con naturalidad. El problema está cuando, metafóricamente hablando, en la vida emocional no nos damos cuenta y dejamos las “piernas” de lado para usar las “muletas” de forma definitiva. Y peor aún cuando se nos dice por activa y por pasiva que las muletas son mucho más interesantes que las piernas.

Entonces pronto aparecen las manifestaciones de una perturbación en el estado emocional interno, reflejado también en la manera de actuar. Esto se debe a que la energía que se gasta en el contacto artificial no compensa de ninguna manera sus desastrosos resultados. O sea que resulta peor el remedio que la enfermedad. Más bien se trata de un apaño para pasar el mal trago del encuentro con el dolor que supone la falta de contacto real y profundo con uno mismo y con el mundo que le rodea, con el que se podría interactuar de manera más fluida.

Esta es mi interpretación de algunos ejemplos descritos por W.Reich, cuando habla del contacto sustitutivo:

  • Aquella persona que se sacrifica por los demás cediendo ante cualquier demanda, que colabora desmedidamente para que todo el mundo se encuentre a gusto y piensa antes en todo que en sí misma. Quitando el velo de tan aparente benevolencia, será fácil encontrar una dificultad para expresar con naturalidad los límites, lo cual le permitiría decir “No ”, “Yo” ó “Basta” cuando fuera necesario. (Ver: Gracias… por enseñarme tu Límite)
  • Quien no puede experimentar un profundo y natural contacto con su pareja –por estar inhibida su capacidad– y encuentra inconscientemente la forma de mantener ese contacto despreciándola y maltratándola, en cualquiera de las variadas formas de maltrato.
  • Cuando, a falta de una auténtica relación sexual, se le añade un plus a las muestras de afecto resultando éste exagerado y artificial. Por auténtica relación sexual, Reich se refiere a una sexualidad satisfactoria en la que el contacto está presente. No se refiere a formas ni cantidades, sino a calidad y cualidad.
  • Cuando ante la incapacidad de expresión directa del amor aparece la queja, como un intento de establecer un contacto –artificial– con el mundo, algo muy típico del carácter masoquista (Ver: Actitudes Masoquistas en la Vida Cotidiana).

Risas estridentes que molestan, ostentaciones narcisistas o falsamente modestas, expresiones estereotipadas, rigidez o gestos de grandiosidad en las conversaciones, jactancia y bromas sexuales, comportamiento dictatorial o condescendiente, son sólo unas cuantas actitudes acompañadas de ciertas expresiones corporales que hacen pensar en el comportamiento no auténtico y a los que se refiere Wilhelm Reich en su libro El Análisis del Carácter.

¿Cómo saber que una actitud, ya sea del comportamiento o de la expresión corporal responde al contacto artificial como sucedáneo de un contacto natural? W. Reich lo expresaba así de simple:

En términos generales, podemos decir que cuando una actitud se destaca en la personalidad total como si estuviese aislada o en conflicto con esa totalidad, se trata de una función substitutiva que oculta una falta de contacto de mayor o menor profundidad. —W. Reich

O sea que la sencillez y la naturalidad se acercan más al contacto real, mientras que la forma en detrimento del contenido tiene más que ver con el contacto artificial.

Pero como si esto fuera poco, existe otra dificultad y es que con demasiada frecuencia se confunden estos contactos de mentira con tradiciones propias de sociedades moralistas y autoritarias. Y así es como se naturalizan y se transmiten de generación en generación hasta que ni siquiera se llegan a cuestionar, a no ser que aparezca en la familia o en el grupo social alguien capaz de poner el dedo en la llaga y relativizar tanta certidumbre.

Lo bueno es que, por más tiempo que haya pasado y por más linaje que lleven, los contactos sustitutivos no son de ninguna manera naturales, así que se pueden modificar. Esta es una de las funciones de la Orgonomía, ya sea en el campo de la Psicoterapia Caracteroanalítica como en el trabajo de prevención del desarrollo infantil, la educación o la salud psicosocial.

Porque una vida basada en contactos artificiales resulta poco satisfactoria, mientras que una vida con contacto real posee infinitas posibilidades de desarrollo.

Lo mejor de todo es que esto no supone algo extraordinario sino que, por el contrario, representa la vuelta a lo vivo, a lo sencillo, lo natural, lo real.

Nota: Para la creación de este artículo me he apoyado en el documento de Wilhelm Reich: “Contacto Sustitutivo”, publicado en la Tercera Parte de su obra: “El análisis del Carácter”. Para profundizar en el tema, sugiero acceder a su lectura. En la biblioteca de este blog encontrarás la referencia de esta y otras publicaciones suyas, así como de sus continuadores.

Gracias por compartir este artículo

1 comentario en «Contactos Artificiales – Muletas que no ayudan a Caminar»

  1. y añado – ‘a lo rápido’ (con perdón) – que pienso en lo tan ‘artificial’ de los ‘contactos’ (¿?) en internet -y- (a mi opinión: en mayoría) lo ‘artificial’ y superficial – de los ‘amistades’ en redes sociales – SIN despreciar otras funciones muy ‘útiles’ para la divulgación…

Los comentarios están cerrados.

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