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Educando para el Debate Político

Educación para la política, para la conversación. Educación para la discusión y para la convivencia

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4 mins
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Foto: “Girandolar” – Alice Lucchin

Bogotá, Colombia. Años convulsos y obscenamente violentos en un país que parecía perder el último rastro de la cordura. Era la clase de sociales en un instituto. La profesora, preocupada por la apatía de sus jóvenes alumnos decidió proponer el siguiente ejercicio:Dividió el grupo en cantidades iguales a las de los partidos políticos existentes en el momento. Cada pequeño grupo tendría que defender la posición de uno de los partidos,  argumentándola con las ideas claves y basándose en su historia y las referencias que identificaban a cada grupo.

Defender suponía informarse e investigar. Pero también discutir, por lo que que se establecieron unas cuantas reglas de juego, entre ellas:

→ Las opiniones estarían basadas en el conocimiento previo del partido, de sus principios y  de sus propuestas.

→ Estaba totalmente prohibido debatir desde la crítica personal al contrincante, por lo que todo adjetivo destinado a debilitar a la parte contraria usando esta estrategia quedaba fuera de lugar.

→ El juego lo ganaba quien tuviera mayor cantidad de adeptos, evaluando la cantidad y calidad de recepción de la información obtenida.

En una segunda fase se intercambiaban los papeles, siendo los miembros de un grupo los encargados de defender cualquier otra de las posiciones que ya había debatido y se procedía a la misma dinámica anterior. Así, si antes se defendían las ideas del partido X, ahora habría que defender las del Y,

Hasta ese momento no se había pedido a los alumnos tomar una posición personal sino exponer unas ideas y las otras. Por supuesto, en una tercera etapa del juego, habiendo ya recibido y elaborado una cantidad considerable de información, se procedía a optar libremente por uno de los proyectos que presentaban los partidos políticos.

Tomada una de las opciones o ninguna, se procedió a crear nuevos grupos para embarcarse en un tercer debate que resultó extremadamente enriquecedor.

Este experimento duró unas cuantas semanas. Seguramente, con ello se pretendía…

 Motivar a los alumnos y alumnas a asumir una posición política desde el análisis y el conocimiento y no desde la imitación o la reacción.

 Dar recursos para la defensa de las posiciones políticas desde una actitud y un comportamiento éticos.

 Ofrecer la oportunidad de ponerse en el lugar del grupo contrario, aún cuando no fuera la opción personal elegida.

 Debatir poniendo las ideas en cuestión pero protegiendo a cada una de las personas que las expresan.

 Elegir una opción y defender sus argumentos de una manera nítida y responsable.

Esto fue hace unos cuantos años y yo fui una de las adolescentes más participativas. Recuerdo mis pocas ganas de jugar al principio y de cómo mi interés fue creciendo paulatinamente hasta convertirse en pasión, al verme sumergida en un juego de ideas y palabras, de jóvenes rostros convencidos, serios y amables a la vez, del placer de una discusión limpia y sincera y de las risas, las bromas, los abrazos de un después que nos garantizaba amistades inquebrantables.

¿Difícil?… ¿De poco interés?… ¿Imposible para los tiempos actuales? 

Tal vez debamos preguntar a niños/as y adolescentes, si como adultos responsables de su educación inspiramos algo de respeto cuando nos ven errando en cada intento de imponer nuestras versiones de lo que creemos absolutamente verdadero, en un tiempo en que poco o nada se parece a la voluntad de entenderse.

Educación para la política, para la conversación. Educación para la discusión y para la convivencia. No tenemos que estar de acuerdo pero sí podemos enseñarnos mutuamente a enriquecernos con las diferencias. 

Gracias por compartir este artículo

1 comentario en «Educando para el Debate Político»

  1. Lo considero un tema importante en sí mismo y muy importante en este momento en la Comunidad donde yo vivo,Catalunya.Aquí se han roto grupos de amigos,estropeado relaciones cercanas de todo tipo por haber identificado las ideas con las personas.No se ha dado,en general,ese respeto y enriquecimiento personal con el debate y contraste de opiniones.Más bien se han puesto etiquetas a los que pensaban diferente.

Los comentarios están cerrados.

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