Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
CatalanEnglishFrenchSpanish
Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
Català | English | Castellano

¿Yo a Psicoterapia? ¡Pero si soy Normal!

Normal es aceptar que hay momentos en que una ayuda viene bien y que la Psicoterapia es una alternativa que libremente se toma y humildemente se acepta

Tamaño:
MODO:
LECTURA:
6 mins
yo

Cuando decidí dejarlo todo y venir a España para hacer mi formación como Psicoterapeuta Caracteroanalítica hace ya más de 20 años, no era consciente del camino que me esperaba, tanto en lo académico como en lo personal.

El plan de estudios en la Escuela Española de Terapia Reichiana era complejo y me entusiasmaba. Pero además de la formación académica, el programa exigía pasar por una Psicoterapia Caracteroanalítica Profunda, lo que llamamos Vegetoterapia.

Aunque me generaba confianza este requisito en la institución donde me iba a dejar los próximos años de mi vida académica, en ese primer momento yo no consideraba imprescindible una terapia para mi. Yo que ya había estudiado la carrera de Psicología en una prestigiosa universidad de mi país, me creía lo suficientemente sensata como para someterme ahora a una Psicoterapia.

Pero no había elección. O hacía la terapia o no me formaba como especialista en Psicoterapia Caracteroanalítica, leyera lo que leyera, fuera a todas las clases o hiciera prácticas en mil lugares.

Así que sin demasiado entusiasmo, pocos días después de aterrizar en este nuevo país me vi dando vueltas con un plano en la mano por una conocida plaza de Valencia, buscando la consulta de quien sería mi psicoterapeuta para empezar a su lado un camino que, en ese momento, no podía imaginar cuánto necesitaba y cómo me iba a cambiar la vida.

¿Psicoterapia yo? Sí, Psicoterapia yo. La ceguera ante mis rasgos de carácter nunca me hubiera permitido conocerme. Los bloqueos que no sabía que existían en mi cuerpo hubieran mantenido siempre oculto mi ser más auténtico. Las alegrías y los duelos que han venido después nunca hubieran sido tan intensamente vividos y gran parte de las decisiones que libre y conscientemente he tomado ni siquiera hubieran sido planteadas.

La lección más importante ha sido reconocer que, aún con todo lo que he aprendido y todo lo que me falta por saber, el hecho de ser Psicóloga y Psicoterapeuta no me salva de las trampas del carácter.

Por esto me llama cada vez más la atención cuando alguien comenta que no necesita ir a terapia porque se siente “normal» o que la Psicoterapia «es para gente enferma o que nunca ha necesitado de nadie para arreglar sus problemas».

Porque existe la idea de que si a uno le va «bien», o sea tiene trabajo, pareja, dinero o éxito, uno no tiene por qué aparecer en una consulta psicoterapéutica.

En realidad no se trata de necesitar, al menos en todos los casos. La mayoría de las corrientes psicoterapéuticas abren sus puertas a quienes desean mejorar su calidad de vida emocional, conocerse, descubrirse. Y por esto es que en el ámbito de la Psicoterapia Caracteroanalítica, dejarse acompañar en un proceso de análisis del carácter no excluye nunca a quien le va bien en la  vida.

Porque a veces nos va bien en la vida pero…

💧 Las relaciones afectivas no son tan satisfactorias como intuimos que podrían ser

💧La baja capacidad energética, los costipados frecuentes o los dolores de cabeza nos mantienen cansados/as y apáticos/as

💧Nos afecta demasiado lo que piensen de nosotros/as

💧La ira se nos sube a la cabeza cuando algo no nos gusta y acabamos diciendo lo que no queríamos decir

💧El llanto pide salir pero algo no le deja y parece que fuéramos a reventar

💧Nos molesta cuando las cosas no salen tan perfectas como pretendíamos

💧Lo pasamos mal cuando hablamos en público

💧Nos parece que alguien lo hace siempre mejor… o peor que nosotros/as

💧Experiencias puntuales nos dejan  exhaustos/as, como por ejemplo las separaciones, los duelos, los abortos, los problemas laborales o familiares.

💧Los cambios de la edad nos desconciertan

💧Nos sentimos extrañamente dependientes de algo o de alguien

💧A alguien cercano no le va tan bien y no sabemos cómo apoyarle

💧Con lo bien que nos va, nunca nos sentimos satisfechos/as

No es obligatorio hacer una Psicoterapia en ninguno de estos casos. Lo que es sobrevivir, seguro que sobreviviremos. De hecho hay quienes no han ido nunca a terapia y afirman haberlo superado todo sin ayuda.

Pero quienes sí han pasado por un proceso psicoterapéutico saben lo que les ha aportado y en general agradecen la experiencia, porque después de todo resultó que unas cuantas molestias sin importancia eran perfectamente remediables y que no había ninguna necesidad de cargar con ellas.

Y resultó que más allá de esas insignificantes incomodidades había todo un mundo por descubrir, recursos emocionales dormidos, aspectos del desarrollo detenidos, defensas del carácter trabajando al doscientos por cien, media vida dejada estar simplemente porque no había un problema muy grave para solucionar.

Si sabes de algo más interesante, rápido, fácil, barato o emocionante que una Psicoterapia y te da los mismos resultados o mejores… ¡no dejes de hacerlo!

Pero si crees que la experiencia psicoterapéutica, aún con la implicación y el compromiso que supone puede mejorar significativamente tu vida, no te lo pienses y sumérgete en ella.

Porque “normal” no es pasar de largo y fruncir el ceño con sólo oír mencionar la palabra “psicoterapia”. Normal es aceptar que hay momentos en que una ayuda viene bien y que la Psicoterapia es una alternativa que libremente se toma y humildemente se acepta.

Gracias por compartir este artículo

¿Quieres más información?