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Ocupar TU Lugar, habitarlo

Uno no puede habitar su sitio cuando la sensación de estar en casa ajena –aunque sea la propia– le desaloja de la experiencia emocional de sentirse cubierto y protegido

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3 mins

”Busco mi lugar”, parece decir mientras mira al suelo como rastreando una moneda perdida. 

Deambulando por espacios diversos, ha pasado el tiempo intentando sentirse parte de algo. Cada novedad le ilusiona con una promesa de “esta vez sí… por fin… la definitiva”. Pero pasan los días y otra vez llega esa sensación de estar perdido/a. 

A la primera de cambio, o tal vez a la segunda, lo que parecía tan bueno ya no encaja. Ni lo  que viene después de los enamoramientos, ni el nuevo trabajo, ni la nueva casa, ni el amigo que parecía tan majo. 

“Pero si tu lugar es el mundo enteeeero”, dicen por ahí esos bonitos mensajes de color pastel. Bonitos, cuando se sienten tan dentro que sí, que en realidad da igual si se está aquí o allá. Pero odiosa sentencia cuando se sabe uno forastero en todas partes. 

Ocupar el lugar en el mundo es imposible cuando la vida carece de sentido. Cuando uno no sabe ni lo que le gusta o le disgusta, las experiencias que le motivan, el trabajo que le apasiona, las personas que le atraen, los límites propios y por tanto los ajenos. 

¿Cómo arriesgarse a lanzarse a un mundo que no se habita? ¡Un mundo del que uno no se siente parte resulta tremendamente amenazador! 

Uno no puede habitar su sitio cuando la sensación de estar en casa ajena –aunque sea la propia– le desaloja de la experiencia emocional de sentirse cubierto y protegido. 

Imposible sentirse uno en su lugar y por tanto ocuparlo, cuando la insatisfacción anula cualquier intento de pasar un buen momento. Cuando tiemblan las piernas sobre un suelo movedizo, cuando las letras de la alfombra de la entrada en vez de decir welcome gritaran ¡don’t sit there!

Imposible ocupar un lugar en este mundo cuando uno se limita a delegar la abrumadora responsabilidad del propio bienestar en los demás o cuando cree que lo único posible de salvarle es un milagro. 

Porque no basta con aspirar a ocupar algún lugar y conformarse con el rinconcito que buenamente le otorgaron. Es urgente ocupar EL lugar y conocerlo, comprenderlo, ventilarlo, actualizarlo, sanearlo… habitarlo.

Habitarlo, hasta sentir que uno no se cambiaría por nadie. Que lo que sucede está bien, que donde se está, se está bien. Que existe ese lugar que lleva el nombre propio y en donde se puede pisar un firme suelo para compartir con otros la andadura por esta vida llena de incertezas.

Gracias por compartir este artículo

1 comentario en «Ocupar TU Lugar, habitarlo»

  1. El texto me recuerdo a tantos pensamientos de personas con ideación suicida…
    Por esto tan importante “dar sentido a la (mejor dicho: tu) vida” de V.Frankl – y- para los que gusta más el fondo filosófico: Albert Camus y su “Sísifo”…que a pesar de lo absurdo de la vida… debe ‘vivir –feliz- ‘. — valentinaustria@gmail.com (estud.suicidología)

Los comentarios están cerrados.

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