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No hay que ser tan Perfectos

Es una trampa, andar buscando la perfección. Es un intento siempre fallido de lograr expectativas ajenas que lo convierten a uno en una simple marioneta, a merced de aquellos que al carecer de una vida propia necesitan controlar las otras

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Imagen de TanteTati 
La perfección es una pulida colección de errores 
– Mario Benedetti –

No, no hay que ser tan perfectos. Ir por la vida como si camináramos por encima de piedras calientes es tan angustiante, tan aburrido, tan sinsentido, que acabaremos quemándonos tarde o temprano, tropezando con ellas hasta hacernos polvo.

Es una trampa, andar buscando la perfección. Es un intento siempre fallido de lograr expectativas ajenas que lo convierten a uno en una simple marioneta, a merced de aquellos que al carecer de una vida propia necesitan controlar las otras. 

Callar porque decir lo que uno piensa es peligroso, lo único que aportará será una gran bola en la garganta, permanentemente a punto de explotar… hasta que explota. 

Ir con los ojos abiertos como platos para que no se escape ni el mínimo gesto de aprobación o desaprobación del otro, sólo nos dejará con la frente arrugada y la cabeza como un bombo.

Ir día tras día corriendo como si nos estuviera persiguiendo el demonio para cumplir y de paso adelantar lo del día siguiente y el siguiente, sólo nos dejará extenuados y vacíos… y siempre con la sensación de haber dejado algo pendiente. 

Pasarse medio día en el gimnasio y matarse de hambre para conseguir el cuerpo 10,  dará la satisfacción de una foto bonita para Facebook… hasta que aparezca la del cuerpo 11 y un espejo burlándose a su lado.

Devorar el libro de autoestima en 7 pasoscómo poner la mente en blanco en dos días te servirá para acabar imaginando cómo todos los demás lo consiguieron menos tú. Tal vez te digas… ¿Qué he hecho mal?  ¡Claro… Es  que soy un caso perdido!

Leerse los cuatrocientos libros que prometen enseñarte a ser un/a padre/madre perfecto/a sólo te llevará a sentir que eres el/la peor madre/padre del mundo y además, con comprensible confusión preguntarte…. ¿Al final había que dejarle llorar? ¿O había que evitarlo a toda costa? ¿Cómo era?… ¿Había que dejarlo solo y a oscuras en su cuna para que aprenda a ser independiente? ¿O había que desvelarse vigilándole para que no se traumatice? ¿Había que castigarle una semana sin la play o había que celebrarle los berrinches?

Confiar en la naturaleza es una buena idea, pero para eso necesitamos recuperarla. No nacimos en la ceguera caracterial ni buscando páginas de internet que nos den los pasos a seguir, ni preguntando a la gente si lo que hacemos les parece bien o mal, ni esperando la sonrisa salvadora o el castigo acusador.

Por esto, recuperar la naturaleza propia significa volver al principio, conocer el ritmo personal y construir o re-construir la identidad perdida por el camino del qué dirán.

Siempre, y digo SIEMPRE, cuando se busca la perfección las cosas acaban mal. Siempre va a faltar algo, siempre meteremos la pata en algo. Y de eso va la vida. De aprender, de probar y de animarnos a cambiar. 

Gracias por compartir este artículo

2 comentarios en «No hay que ser tan Perfectos»

  1. …El gran cocinero •Vatel también se suicidó en su afán de perfeccionismo, simplemente, porque los pescados no llegaron a tiempo a un banquete de tres mil convidados.

  2. Boltzmann [Ludwig •Boltzmann, físico austríco,(1844-1906)] – , cuyas ideas sedujeron a Schrödinger hasta el punto de orientar su interés a la física, se suicidó, se quitó la vida, por su afán de perfección no colmado.

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