Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
CatalanEnglishFrenchSpanish
Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
Català | English | Castellano

Trauma: Síntomas y Apoyo Psicosocial

Pequeños y grandes traumas hacen parte de nuestra biografía. Posiblemente sus efectos estén ahí, latentes, robando como parásitos la energía que se necesita para la vida presente

Tamaño:
MODO:
LECTURA:
8 mins
acoso-sexual-psicoterapia-sintomas
Imagen: Couleur

Podrás preguntarte por qué en ocasiones sientes bloqueadas tus respuestas naturales, como si algo o alguien detuviera tu movimiento y te encontraras cautivo/a frente a un gran peligro. 

O cómo permaneces en constante alerta esperando el golpe, el ruido o la catástrofe, alimentando estados de ansiedad o tal vez intentando buscarle la lógica a tus recurrentes imágenes y pensamientos, sin lograr darles explicación.

¿Has vivido alguna experiencia traumática? Ahí podría estar el motivo de tus síntomas

Una agresión puede ser un trauma. Una mala noticia también. El maltrato, el abuso y la violencia sexual, un asalto, una intromisión violenta en tu espacio privado, una constante degradación de tu identidad o la desatención en momentos de vulnerabilidad.

Entre más o menos graves las experiencias vividas y entre más o menos recordadas, tu cuerpo que sí tiene una memoria impecable pone a funcionar todos sus mecanismos conocidos para intentar protegerte del desastre. 

Porque los acontecimientos traumáticos destrozan las formas habituales de protección, esas que nos dan sensación de control, de conexión con el mundo y de sentido. Por esto son extraordinarios, no porque ocurran esporádicamente sino porque exceden las capacidades habituales de respuesta humana, poniéndonos cara a cara con la indefensión y el terror. 

Ante una amenaza de peligro, lo más normal sería defenderse. Nuestro sistema está preparado para responder ignorando funciones como el hambre, el cansancio o el dolor, acumulando así las fuerzas para luchar o huir gracias a la capacidad de sentir el miedo o la rabia que impulsan a la acción.

Pero cuando, por lo que sea, no ha sido posible ni huir ni luchar aparecen las reacciones  traumáticas que suelen persistir mucho tiempo después de que haya pasado el peligro real y activarse de nuevo ante eventos que recuerdan la experiencia traumática. 

Una de las características más importantes del síntoma traumático es la tendencia a desconectar la emoción del evento que la originó, por ejemplo reaccionando con intensa emoción pero sin recordar lo que pasó o, por el contrario, recordando la experiencia pero sin ninguna emoción o también permaneciendo en un estado de alteración constante sin vincularlo con ningún motivo.

Hiperactivación

Como ves, hay diferentes maneras de reaccionar a una experiencia traumática y también diversos síntomas posibles a los que debemos estar atentos/as cuando los reconocemos en nosotros/as mismos/as o en otra persona, como por ejemplo permanecer en un estado de alerta que quita hasta el sueño, como si el peligro fuera a aparecer en cualquier momento. Esto se llama hiperactivación y es la responsable de algunos estados de ansiedad, sobresaltos e irritabilidad.

Intrusión

La intrusión es otro de los posibles síntomas y es cuando no se nos quita de la cabeza la situación aún cuando ya estamos a salvo. Aparecen los famosos flashbacks que son imágenes sueltas que irrumpen sin lógica ni sentido. También pesadillas o recuerdos vívidos evocados por pequeñas, aisladas y aparentemente insignificantes rememoraciones.

Constricción o Bloqueo

Y también puede pasar que alguien se haya quedado bloqueado, como si estuviéramos viendo una película y congeláramos la imagen mientras vamos a la nevera por un refresco. A esto se le llama constricción y es cuando, ante la sensación de indefensión se altera el estado de consciencia experimentando una extraña calma, más que pacífica indiferente, como si la experiencia de la vida le estuviera sucediendo a otro, como si se tratara de un mal sueño. 

Suena loco, pero en realidad este estado alterado de consciencia es un regalo de la naturaleza pues lo que hace es protegernos de un dolor o terror insoportable que sin esa temporal anestesia podría llegar a destruirnos. 

Lo complicado está en que esas defensas sigan activas cuando el peligro real ha pasado y se conviertan en la manera de reaccionar ante otras situaciones que no suponen un peligro real, empobreciendo así la calidad de vida y las relaciones. 

Porque cada síntoma tiene su lógica. No podemos esperar que después de una vivencia traumática una persona siga con su vida como si nada hubiera pasado. En realidad esto sería más bien sospechoso.   

Es apenas comprensible que haya un tiempo de desequilibrio e incluso que pasados años algunas situaciones presentes activen síntomas del trauma, aún cuando se haya conseguido rehacer la vida con una aceptable calidad. 

Entorno Social y Familiar ante un Trauma

Interesa saber hasta qué punto la vivencia del trauma ha supuesto una desconexión entre la persona que lo sufre y el mundo que le rodea, además de revisar la calidad de los apoyos familiares y sociales. 

Recordemos que respuestas hostiles o culpabilizadoras agravan el síndrome traumático y que después de un trauma la identidad sólo puede ser reconstruida tal y como se construyó anteriormente, en conexión con los demás. 

Llegan a la mente ejemplos tan devastadores como reales, de quien ha sufrido una violación o cualquier otro tipo de maltrato y recibe respuestas como

Algo habrás hecho/dicho para que te haya pasado estoSi no te hubieras puesto esa minifalda¿qué esperabas si estabas borracho/a?

O como en la famosa película Te doy mis ojos, cuando la madre intenta a convencer a su hija (de por sí bastante convencida hasta ese momento) de aguantar una relación de violencia por el simple hecho de ser mujer. Hablo de la película, consciente de que muchas veces la realidad supera la ficción.

Una persona que ha sufrido un trauma no necesita que le hundan más allá de lo que ya está gravemente hundida. Una persona que ha pasado un trauma necesita ayuda de personas que…

💧Ofrezcan seguridad en el primer momento, porque la primera necesidad después de un trauma es la de construir un clima de confianza y protección

💧Sean capaces de tolerar las necesidades fluctuantes de cercanía y distancia y de respetar los intentos de autonomía y autocontrol una vez restaurada la sensación de seguridad.

💧 Estén dispuestas a reconocer que ha ocurrido un acontecimiento traumático, a llamar a las cosas por su nombre, a pasar de prejuicios y escuchar, escuchar, escuchar y escuchar.

💧 Puedan acompañar cuando quien ha sufrido el trauma logre llorar sus pérdidas, hacer el duelo y luego reconstruir su vida.

Compartir la experiencia traumática con otras personas es fundamental para recuperar la sensación de sentido. Pero por supuesto que no son sólo los allegados los responsables de acompañar a quien ha sufrido un evento traumático. 

La sociedad en su conjunto tiene una función y una gran responsabilidad para prevenir que la relación traumática se perpetúe por no conseguir completar el proceso normal de duelo.

Por esto es que hay que afinar la percepción, especialmente cuando víctimas de experiencias traumáticos hacen parte de colectivos sociales ya discriminados de por sí y cuando cuesta asumir públicamente que violación es violación, acoso es acoso, maltrato es maltrato y violencia es violencia.

Trauma y Psicoterapia

Uno de los riesgos a la hora de hacer un diagnóstico clínico es el de pasar por alto las experiencias traumáticas asociadas a los síntomas, achacando éstos a rasgos aislados de la personalidad.

Por esto es que es necesario detectar hasta qué punto una vivencia traumática ha tenido efecto tanto en el sistema psíquico como en la vinculación con el mundo, tomando en cuenta la directa relación entre la gravedad de un trauma y su impacto psicológico, aún cuando los rasgos de carácter individuales determinen la forma que toma el desequilibrio.

La Psicoterapia tiene la función de estimular la recuperación en un espacio seguro y confiable en el cual se pueda exteriorizar la experiencia traumática que se ha olvidado o incluso evitado conscientemente.

La Psicoterapia también tiene la función de ayudar al equilibrio de las funciones corporales afectadas como el sueño, la alimentación, la regulación energética y la gestión de conductas autodestructivas tan comunes en situaciones asociadas con los traumas.

Además de ofrecer un espacio seguro y confidencial para exteriorizar la experiencia traumática, la Psicoterapia permite elaborar el duelo y en su momento, ni antes ni después, normalizar en lo posible la vida hacia un nuevo equilibrio

 Nota: Para la realización de este escrito me he basado en los libros:  “Trauma y Recuperación. Cómo superar las consecuencias de la violencia“ de Judith Herman  y “Mujeres maltratadas. Los mecanismos de la violencia en la pareja”, de Marie-France Hirigoyen. Ver esta y otras referencias bibliográficas en la  biblioteca de esta web.


Gracias por compartir este artículo

1 comentario en «Trauma: Síntomas y Apoyo Psicosocial»

Los comentarios están cerrados.

¿Quieres más información?