Cuando tomamos la decisión de hacer una Psicoterapia difícilmente podemos imaginar lo que nos espera en el proceso. Acudimos al Psicólogo con la expectativa de solucionar lo que nos causa sufrimiento. Es esa la primera toma de consciencia, que motiva a buscar ayuda psicológica y es la antesala de una importante aventura
La primera sesión suele ser inolvidable. Nos enfrentamos con un/a desconocido/a a quien se supone que hay que abrir los sentimientos. Por más bien que nos hayan hablado de su valía profesional, no deja de ser intimidante cuando ignoramos de qué va una Psicoterapia y no tenemos ni idea de si esa persona nos va a saber escuchar y comprender.
Superados los primeros temores, nos damos cuenta de que el encuentro inicial no sólo sirvió para compartir nuestras inquietudes sino que también fue útil para empezar a sentirnos mejor.
Leer… La Primera llamada al Psicólogo… ¿Usted sí me podrá ayudar?
Porque la primera sesión psicológica ya es saludable. Comprobar que hay alguien del otro lado y verbalizar lo que ha estado dando tantas vueltas en la cabeza es el primer beneficio que el apoyo psicológico ofrece.
Ilusiona pensar que por fin hemos encontrado una puerta de salida. Y decidimos entonces seguir adelante con el proceso terapéutico
Empieza la terapia. Pasa un tiempo de ajuste, de comprensión del proceso, puede que de algunas resistencias que el inconsciente impone como piedras en el camino para no cambiar. Pero hasta eso se supera…
Poco a poco nos damos cuenta de que hay un mundo por descubrir, mucho más complejo y emocionante que el primer motivo que nos empujó a buscar ayuda.
Ver… La Coraza Caracterial y Muscular
Entre sesión y sesión, vamos tomando contacto con nosotros/as mismos/as y por lo tanto consciencia. Nos damos cuenta de los rasgos del carácter que nos han estado limitando. De las actitudes y dinámicas de relación que nos hacen sufrir. De esa coraza que nos aprieta y nos impide respirar.
Ya en este punto mucho se ha avanzado, pero esto no es todo. Tomar consciencia es fundamental en un proceso psicoterapéutico pero… ¿Y luego qué?
La Psicoterapia no se acaba en la toma de consciencia, aunque esta sea fundamental. Cuando uno emprende un proceso psicoterapéutico, se espera que resuelva aquello que oprime y limita
Ya me di cuenta… ¿Y ahora qué tengo que hacer? preguntan algunas personas después de algunos meses de Psicoterapia.
Faltaba que después de tanto trabajo fuera el/la Psicoterapeuta quien dictaminara qué hay que hacer. Sería algo así como borrar lo escrito y quedarse de nuevo con la página en blanco.
Lo que sí tiene la Psicoterapia, al menos la Psicoterapia Corporal Caracteroanalítica -Reichiana- son las herramientas para seguir disolviendo la coraza caracteromuscular y de esa forma recuperar la plasticidad que permitirá recomponer los pedazos de una identidad quebrada.
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¿Entonces qué pasa después de la Consciencia?
Después de la consciencia viene la reparación, la re-construcción de formas más naturales de estar.
La herramienta de la Psicoterapia Corporal garantiza que esa reparación se concrete en el biosistema y no se quede atascada en construcciones mentales que seguramente ayudan, pero no necesariamente resuelven.
Después de la Consciencia seguirá el carácter dando vueltas a tu alrededor, intentando ponerte todas las zancadillas posibles. Y SÍ… caerás una que otra vez.
Pero también, cada vez más, serás capaz de prevenir y gestionar las dinámicas del carácter que hacen tanto daño cuando no se ha tomado consciencia o cuando, a pesar de la consciencia, la coraza no permite hacerles frente.
No te convertirás en un ser super héroe, pero serás capaz de reconocer tus límites y hasta de sacarles partido, de quitarte esa máscara de fortaleza dura e implacable y mostrar tu desnuda vulnerabilidad sin miedo, o de quitarte ese disfraz de debilidad y permitirte expresar el poder que permanece aprisionado dentro de ti.
Ver…Cuando la Terapia Psicológica Funciona
Podrás encontrar y obedecer a un ritmo propio en armonía con el mundo externo, a pesar de las presiones y los fantasmas persecutorios que han habitado en tu interior.
Podrás liberarte de tu prepotente pero frágil armadura, para renacer con la potencia de una auténtica humildad.
Podrás reír, llorar, enfadarte, equivocarte, perdonar, odiar o amar, sin que por ello tengas que contener tu aliento.
La Psicoterapia no es magia, es recuperación. No es milagro, es toma de contacto. No es inducción, es libertad. No es receta, es descubrimiento
