Entre cambios, despedidas e ilusiones vamos saludando el nuevo año. Entremos despacio… quedan días por delante.
Nos caen como tormentas los nuevos propósitos, el laberinto de las incertidumbres y alguna que otra historia por cerrar. Y parece que no alcanzará el año entero para solucionarlo todo.
Pero si lo vemos bien, no es tan grave. Algunas cosas no dependen exclusivamente de nosotros, otras pueden esperar y solo pocas son realmente urgentes. Algunas se resuelven con un buen plan de organización –que cada quien gestiona a su manera– y casi todas tienen que ver con la manera de afrontar la vida.
Es en esto, en la manera de afrontar la vida en lo que me quiero detener. Porque no soy yo quien te va a decir qué es urgente o difícil y qué no. Tú lo sabes más que nadie.
Conocer el carácter, gestionarlo
La manera de afrontar la vida tiene una relación directa con nuestro carácter y conocerlo nos hace capaces de gestionarlo.
Recordemos que aquí hablamos del «carácter» desde la concepción de W.Reich, que en términos cotidianos es algo así como el conjunto de defensas que hemos adquirido a lo largo de la vida, para protegernos de situaciones dolorosas o amenazantes y que se convierte en la forma de responder a nuestras relaciones y experiencias, muy diferente a la más auténtica, que en condiciones ideales podría manifestarse plenamente.
Así pues, el carácter actúa como amortiguador de sensaciones difíciles de experimentar por nuestros bloqueos y tensiones. Nos protege, nos defiende, pero su rigidez limita la posibilidad de vivir plenamente y tiñe con su color particular todos los acontecimientos de nuestra vida.
Visto desde ese punto, ayudaría bastante conocer y sobre todo buscar la manera de flexibilizar nuestra coraza caracterial y muscular
Porque a veces no hace falta solucionar 10 problemas, uno por uno, sino encontrar la manera de resolver lo que se encuentra en el fondo de nuestras dinámicas caracteriales, especialmente cuando las dificultades se repiten año tras año.
Es como optar, no por poner 10 parches de pintura en las paredes de nuestra casa cada vez que se agrieta un trozo, sino sanear el conjunto y dar una buena mano con pintura de calidad. Seguro que sale más económico y resulta más estético.
Carácter y Situaciones Vitales
El carácter es transversal a nuestras situaciones vitales. Preguntémonos por ejemplo, cómo vivimos las rupturas, los cambios, los conflictos. Cómo experimentamos el futuro, la incertidumbre, los procesos, los proyectos. Cómo reaccionamos ante la crítica, los desacuerdos, el halago. Cómo manifiesta nuestro cuerpo la tristeza, el enfado, el miedo, la alegría… ¿Ponemos parches, o por el contrario saneamos el conjunto?
Luego pongámosle cara y nombre a la experiencia y a las emociones y sentimientos que nos suscita: trabajo, familia, pareja, amigos… placer, abandono, expansión, aislamiento…
Encontraremos que la percepción de nuestras vivencias está muy ligada a ese conjunto de defensas que es el carácter, y que el carácter está muy, pero muy relacionado con nuestra historia personal, porque se formó a partir de ella y desde muy pronto. Hagamos memoria.
Hacer memoria no siempre es fácil
Eso de hacer memoria también suena muy fácil, pero no siempre es así. Algunas personas tienen muy pocos recuerdos de su historia y otras, por eso mismo, tienden a pensar que las cosas suceden porque sí, como algo innato o venido de la buena estrella o de la mala suerte, de alguna condición química o hereditaria, del karma o del destino. Sea como sea, parece que es suficiente decir «Soy como soy y no puedo Cambiar.»
Estaría bien tomar contacto con nuestra realidad interna, porque puede pasar que tengamos mucha más potencia de la que imaginamos para gestionar nuestras vivencias. Y para eso la capacidad de contacto es imprescindible.
Cuando no tomamos contacto estamos a expensas de un destino marcado por el azar. Es como salir de casa y dejar la puerta abierta para que, con suerte, no entren los ladrones y si entran, nos sintamos presas de un destino adverso.
Psicoterapia Caracteroanalítica y Capacidad de Contacto
La Psicoterapia Caracteroanalítica es la mejor manera que conozco para recuperar la capacidad de contacto y flexibilizar nuestra coraza caracterial. Con este trabajo psicoterapéutico, no te prometo que te vaya bien y mucho menos que puedas controlarlo todo. Esa no es la función de ninguna psicoterapia. Tendrás éxitos y fracasos como todo el mundo, pero estarás protegido/a por tu propia capacidad de vivir la vida, con la mayor parte de los recursos emocionales disponibles para gestionarla.
La Psicoterapia Caracteroanalítica, como su nombre indica, no es una técnica que pueda transmitirte con pasos y consejos. Es un trabajo psicoterapéutico complejo, que supone la presencia de paciente y terapeuta en un proceso que puede ser breve, profundo, de apoyo o puntual en momentos de crisis y otras situaciones vitales.
Como sabrás si eres lector/a asiduo/a de este blog, los artículos que aquí publico buscan llegar a todas las personas, independientemente de sus conocimientos en Psicología y Psicoterapia. Esto supone un lenguaje sencillo y comprensible para todas.
Por esto, si por motivos académicos deseas profundizar sobre los temas propuestos aquí, te sugiero acceder a la Biblioteca de esta Web, donde encontrarás la bibliografía en la cual se fundamentan estos escritos.