El amor a distancia es tan antiguo como el mismo amor. Cada época con sus usos, ha llenado las páginas de la historia de cartas selladas con cera, de hojas de papel enviadas a su suerte en un largo correo por mar o por tierra, de cortos telegramas, de largos emails o de instantáneos whatsapp.
Ya hablamos del amor a distancia en otra entrada de este blog (Ver… De Amores y Distancias) de sus entresijos y de todas sus posibilidades, intentando traspasar tanto la imagen clásica romántica como los odiosos vaticinios de tragedia que cada quien, según cómo lo haya vivido o lo perciba sin haberlo experimentado, lanza a los amantes que se encuentran lejos, quienes hacen malabares para soportar sus incertezas.
Algunos de estos amores se quedan anclados en el intento. Otros, en cambio, trascienden la distancia y logran por fin un día encontrarse en el mismo lugar, para emprender juntos la vida de pareja con sus realidades cotidianas, donde las noches y las mañanas se convierten en nuevas experiencias, muy diferentes a la extrañeza de los tiempos pasados.
Con frecuencia, las parejas que empiezan la convivencia con un proyecto construido en la distancia, se encuentran con situaciones inesperadas y algunas veces confusas. Pronto se dan cuenta de que lo que imaginaron no se parece a la realidad del día a día. Será mejor o peor, pero nunca igual. Entonces hay que ajustarse, re-conocerse, desmontar uno que otro castillo en el aire, asombrarse con algo nunca antes visto… crear realidades.
La comunicación suele verse afectada porque los códigos son diferentes cuando se escribe que cuando se habla, cuando se escucha que cuando se percibe un gesto. Y esto no quiere decir que, necesariamente, la cercanía física garantice una buena comunicación. Incluso, sucede a menudo que las parejas que han vivido su relación en la distancia desarrollan conexiones que van más allá del lenguaje cotidiano y, posiblemente, esta sea una de las causas del desconcierto con el que se encuentran cuando llega el momento de la convivencia.
La nueva forma de relación también trae consigo un cambio en la sexualidad. Las tecnologías actuales han permitido sosegar las ansias por el encuentro amoroso sexual de las parejas a distancia. Pero, hasta el momento, no hay máquina capaz de suplir la integridad de la experiencia cuerpo a cuerpo. Cuando cambian los tiempos y la pareja consigue reunirse, el acceso al otro ya no resulta tan excepcional y, por lo tanto, la sexualidad toma otra identidad.
Pero no sólo cambian la comunicación y la sexualidad. Cambian también la vida social y familiar, cambian las rutinas en solitario, se modifican las actividades y el espacio que se habita. Cambia todo, absolutamente todo y ese feliz paso puede ser eso, feliz, o puede ser desequilibrante hasta el punto de poner en peligro la propia relación. Hay parejas que se dan cuenta de que el sueño se acabó en el momento en que se hizo realidad. Y hay otras a las que aún les quedan ánimos para afrontar los cambios que supone la convivencia.
La relación de pareja, como proceso vital que es, no tiene líneas rectas ni plazos fijos. La experiencia de la distancia puede suponer su final pero también la oportunidad de crear, ya en la convivencia, un encuentro donde la realidad supere la fantasía de otros tiempos, cuando la añoranza significaba el más puro acto de amor.
2 comentarios en «Convivencia en Pareja… Después de la Distancia»
«… se encuentran con situaciones inesperadas y algunas veces confusas. Pronto se dan cuenta de que lo que imaginaron no se parece a la realidad del día a día. Será mejor o peor, pero nunca igual. Entonces hay que ajustarse, re-conocerse…». Esto se parece a algo que manejo cuando hablo a los prepensionados: a veces, la vida laboral absorbe tanto a la gente, que se encuentra con situaciones como éstas al pensionarse y pasar la mayor parte del tiempo con ‘los suyos’. Ojalá algún día escribas sobre este tema.
Te invito a escribirlo. Será un placer publicarlo aquí en el blog!!
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