Intentamos calmar nuestras ansiedades hacia lo que nos depara el futuro prometiendo cambios. Empezamos convencidos/as de que por fin vamos a leer ese libro que lleva meses encima de la mesa, vamos a ir al gimnasio y bajar esos kilos de sobra, vamos a escribir esa carta pendiente, vamos a dejar de fumar… «De este año no pasa». Hay quienes lo consiguen y también quienes ven frustradas sus expectativas. Para quienes lo consiguen… ¡Felicidades!
Pero si año tras año los propósitos se convierten en otro proyecto frustrado, estaría bien valorar qué es lo que está fallando
Llevamos mucho tiempo, toda la vida tal vez, haciéndonos propósitos y poniendo a la fuerza de voluntad en primer lugar. Esto a veces se nos vuelve en contra, cuando otros procesos internos e invisibles traicionan la consciencia y nos damos cuenta de que no es suficiente con las ganas.
A veces el planteamiento de base no es el más acertado. Un ejemplo muy claro es el típico plan de bajar de peso. Dietas, ejercicios, entrenamientos, pastillas y hasta seductores programas tipo coaching, se consumen como tabla de salvación respondiendo a la oferta de llegar a una meta en poco tiempo. El número que muestra la báscula es el objetivo. El bienestar, la sana autoimagen, la profunda satisfacción con la vida y, sobre todo, los motivos ocultos del evidente síntoma se quedan exactamente como estaban: OCULTOS.
De todas formas, el espíritu de renovación de los principios de año invita a desear y a proyectar cambios. Y aparte de divertido, puede ser un buen pretexto para avanzar en el camino vital.
A mi me es indiferente si tienes unos cuantos kilos de más o de menos, si tu coche es nuevo o antiguo, si tienes más o menos dinero. Pero no me es indiferente si sufres, si la ansiedad te quita el sueño, si te sientes bloqueado/a emocionalmente, si la soledad te abruma o si te sientes insatisfecho/a con la vida
Te transmito a continuación algunas ideas de propósitos para el año que comienza… o tal vez des-propósitos ya que no te generarán ni felicidades inmediatas ni dinero a montones ni seguramente mucha popularidad. Pero las comparto, con la esperanza de que las tomarás o las dejarás, según encajen contigo. Posiblemente por estas vías deseos más concretos se realicen, sin dejarte la vida en ello:
Viaja
Ve a lugares diferentes a los conocidos. Distánciate de tu vida cotidiana y mírate desde otro punto. Te sorprenderá experimentar otras percepciones dentro de ti. Si te es posible, coge un avión y vuela. Si no lo es, móntate en una bicicleta, súbete a un tren o autobús… camina… simplemente camina, pero viaja ya sea por un año entero o por una eterna tarde de domingo.
Conoce a personas de culturas diferentes
Es un bálsamo para los prejuicios. La tendencia de acercarse siempre a los iguales puede dar comodidad, pero ampliar la visión del mundo implica la inserción en otras maneras –tan válidas como las propias– de ver la realidad. No hace falta ir muy lejos. Seguro que a menos de un kilómetro de ti hay una persona dispuesta a darte ese regalo.
Limpia tus relaciones
Si hay algo pendiente de expresar, inténtalo. Si tu mundo emocional está contaminado de una o más relaciones tóxicas, haz una limpieza urgente. Renueva tus vínculos, recupera a las personas que estimas, despídete cuando sea necesario, aborda el conflicto, afronta la soledad si es lo que queda.
Moviliza tu mente
Lee un libro, investiga, disponte a aprender si deseas saber algo. En ocasiones, no hace falta moverse del sillón para conocer maravillas insospechadas. Pero contrasta con la realidad antes de dar por cierta alguna información, ya sea en comunicaciones directas o compartiendo en las redes sociales. Mantén una visión crítica y aporta ideas propias. Comunícate con responsabilidad.
Recupera tu tiempo
Tiempo para respirar, conversar, jugar, pensar, amar, dormir… y tiempo para hacer NADA. ¿Hay un tesoro mayor en esta era de prisas, super-eficacias y competencias.
Si sólo con esta lectura el cansancio te inunda y lo ves todo como una difícil montaña por escalar con segura caída en picado, será mejor detenerte, tomar aire e intentarlo de nuevo con algo más de optimismo. Si lo ves como un reto a lograr en el menor tiempo posible –lo que te convertirá en el absoluto e invencible vencedor– también será mejor que te detengas y busques alternativas más estimulantes.
Si sientes que quieres pero no puedes porque algo dentro de ti no lo permite, emprende una búsqueda para ver al menos una de las muchas salidas posibles hacia el encuentro con esas barreras.
Tal vez en esa búsqueda te encuentres con el/la mejor amigo/a que puedes llegar a tener: TÚ MISMO/A
3 comentarios en «Des-Propósitos para un Nuevo Año»
y añado: hacer «desintoxicación digital»…. menos nntt, menos tel., whatsappsssssss, y – importante – menos facebooksssssssssssss… MÁS CONTACTOS ‘VIVOS’ con las personas ‘vivas’ – menos ‘amigos’ en facebook y MÁS AMIGOS de VERDAD (serán mucho menos que en facebook…….). – Con perdón – pero – valorando mucho tu buena página aquí. GRACIAS.
PD: y quedarse MÁS con unos ‘amigos’ que nunca te ‘dejen’: LOS LIBROS. -Pero no e-books… sino de papel, para ‘tocarlos’, para ‘contactar’ con ellos vía lápiz….
PD: hemos inventado el TELÉFONO para hablarNOS… y resulta ‘más’ usado como medio para ‘escribir’ — será un regreso???
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