Si alguna vez se te presenta la oportunidad no la dejes escapar. Pasa un día diferente.
Si eres de mucho hablar elige el silencio como sonido de fondo. Al principio las palabras se atropellarán en tu mente pero pasadas unas horas se acallarán y empezarás a sentir una ligereza incomparable.
Elige unos días para participar de situaciones desconocidas. Pasa un tiempo en contacto con otra cultura, sumérgete en códigos de comunicación incomprensibles, gente de otros colores y con distintas costumbres.
Tus certezas se romperán en pedacitos pero tu mirada se ampliará hasta ver lo nunca visto. No te arrepentirás.
Conócete en un estado diferente, donde no tengas la opción de comparar. Aún así el primer día aparecerán todo tipo de juicios y prejuicios. El segundo tal vez te atrevas a involucrarte y permanecer en tu experiencia de no-saber. El tercero podrás reconocer en ti una nueva relación con la humildad.
Prueba otros sabores y elimina de tu vocabulario ese pobre «nunca lo haré». Tu paladar se resistirá al primer bocado y al tercero o cuarto agradecerá inmensamente el regalo que le das.
Regálate un día en la compañía de un niño a quien no tengas que educar. Sigue sus pequeños pasos, entrégate a sus juegos, dale todo aquello que te pide. Un dibujo, un cuento, una lucha de almohadas, una canción.
Conectarás con el amor más grande de este mundo y lo que das se te multiplicará por un infinito placer de compartir la más pura energía hecha juego.
Ve a un lugar diferente, escucha otro idioma. Enciende allí la televisión y encuéntrate con el desconcierto de no saber qué canal elegir.
La obviedad será cosa de otros tiempos y siempre podrás acogerte al beneficio de la imaginación. Inventa tus propias películas a partir de lo que veas, disfruta de la publicidad sin que consigan venderte nada. Reirás con tu antigua y absurda convicción de que ya está todo creado.
Toma un avión, un tren, un autobús, un barco, pon tus pies a caminar hacia ninguna parte, conduce un coche ajeno por lugares nunca antes visitados.
Escucha, siente, palpa, prueba. Te gustará o no te gustará pero se ampliarán tus sentidos hasta más no poder.
Date ese regalo al menos por un día. Abrete a lo diferente, a lo desconocido, a lo nuevo. Juega a escuchar en vez de hablar, a estar presente en vez de huir, a observar en vez de exigir, a comprender en lugar de juzgar. Ya verás cómo, experimentarás increíbles sensaciones y una que otra transformación de las que no te creías capaz.
3 comentarios en «Un día Diferente – Ampliando Sentidos»
GRACIAS, María Clara, por las palabras sabias y ‘humanas’.
Son adorables y con buen contenido sin apartarce de la realidad casi todos los artículos
Gracias!
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