Algo pasa. No nos entendemos como antes. Cuando hablo no me escucha. Cuando quiero saber qué piensa o siente, no salen las palabras de su boca. Ni siquiera sus silencios, que antes yo podía descifrar. Ahora simplemente evita, huye, se esfuerza por mantener esta distancia envenenada.
Palabras más, palabras menos, es lo que se puede sentir cuando en la pareja existen dificultades de comunicación. Hay otras formas, muchas más, incluso veladas bajo códigos sociales destinados a neutralizar las respuestas como son, por ejemplo, las sonrisas forzadas “como para que no digan” que uno está enfadado. Y también está el exceso de comunicación, ese parloteo que, si tiene algún sentido, será el de no hablar de lo importante.
Pero… ¿Qué es lo importante?
Como sabemos, cada pareja es un mundo y las generalizaciones son bien odiosas. Aún así, se supone que si uno decidió compartir su mundo con otra persona no sería para pasarlo mal, sino porque había alguna motivación y se esperaba -equivocadamente o no- que la vida mejoraría de alguna manera con este cambio. Dudo mucho que esta expectativa se diera inicialmente en un contexto de incomunicación deliberada, como en el que algunas parejas viven cuando ya, en el mejor de los casos, se plantean buscar ayuda profesional.
Y… ¿Para qué sirve una terapia de pareja en estos momentos?
Eso es lo que algunos/as se preguntan cuando su pareja les propone una terapia conjunta con el deseo de, si no recuperarse, al menos quemar el último cartucho. A veces da miedo, otras rabia, en ocasiones da alivio y muy pocas veces se entiende para qué va uno a contarle a un/a desconocido/a la parte más privada de la vida.
Veamos entonces lo que es y lo que no es una atención terapéutica en parejas con dificultades de comunicación:
- La terapia de pareja NO ES un confesionario, donde se cuentan los pecados para que el psicólogo redima y limpie las culpas de nadie. Pero SÍ ES un espacio absolutamente confidencial para expresar lo que sea necesario, dentro de las posibilidades de cada uno.
- La terapia de pareja NO ES un juicio, donde alguien dictamina qué es lo que está bien y lo que está mal, quién tiene la razón y quién no y quién tiene que pagar por los perjuicios causados. En cambio, SÍ ES un contexto neutral en el cual las dos personas tienen iguales oportunidades y responsabilidades para encontrar el punto en el que se perdieron.
- La terapia de pareja NO ES una clase, donde el/la maestro/a da las respuestas ante alumnos boquiabiertos y pone las tareas para la semana que viene. Pero SÍ ES un espacio de reflexión, de prueba, de búsqueda, encaminado a la consciencia de aquellos factores caracteriales que han facilitado el cierre de la comunicación y, con ello, de la confianza, la armonía, la complicidad o la sexualidad, entre otros.
- La terapia de pareja NO ES una trampa, en la que alguien se ve obligado a hablar, explicar, aceptar o hacer lo que no quiere. En cambio, SÍ ES una excelente plataforma para acordar maneras de resolver los conflictos, dentro del respeto por la diferencia y por las condiciones particulares.
- La terapia de pareja NO ES una sesión de vudú, en la que el brujo o la bruja exorcizan los demonios para recuperar al ser amado. Muy por el contrario, es un espacio en el cual la consciencia y el libre albedrío son las claves para definir el destino de una relación de dos, que merece este tiempo de análisis, de reflexión y de transformación, ya sea para continuar juntos el camino o para liberarse y seguir, cada uno, adelante con la vida cuando no queda más que la posibilidad del adiós y un sincero agradecimiento por el tiempo compartido.
- La terapia de pareja NO ES un paquete de soluciones, acabado, general y predecible, en el que se siguen unas pautas paso a paso, para “arreglar las cosas”. En cambio, como toda psicoterapia, la terapia de pareja SÍ ES un proceso de apertura para descubrirse en la situación actual con todo lo que suponga, dentro de un marco de tiempo y espacio que permita cumplir ciertos objetivos acordados de antemano.
Con estos referentes, la terapia de pareja es una alternativa saludable para abordar aquellos aspectos de la comunicación que, ya sea por motivos históricos individuales o por situaciones actuales inhibitorias de la expresión, estén afectando negativamente al bienestar de la pareja y de cada una de las personas implicadas.
Antes de tirar la toalla, antes de huir de los conflictos, antes de adaptarte a una vida de pareja mediocre y antes de aceptar actitudes enfermantes en la comunicación, date la oportunidad de vivir conscientemente las dificultades. Siempre habrá tiempo para irte, para quedarte, para rehacerte dentro o fuera de la pareja pero, sobre todo, siempre será una garantía haber tomado una decisión consciente.
Este puede ser el más grande regalo para ti y para esa persona que, hasta ahora, ha sido tan importante en tu vida.
4 comentarios en «Pareja, Comunicación y Terapia»
Hola María Clara:Conozco lo difíciles que son esas situaciones de pareja puesto que yo he pasado dos veces por ellas. Cada una distinta, pero ambas muy dolorosas y estresantes. SE masca el silencio y la angustia. ES muy bueno comunicarse con algún amigo o familiar íntimo y contarle la situación incluso la idea de acudir a terapia. ¿Pero cuál de los dos miembros de la pareja se atreve a exponerlo con serenidad al otro miembro? Hay mucha violencia de silencio y de gestos que crean más tensiones y si hay hijos, las perciben y se contagian de nuestra angustia aunque no digan nada o no sepan verbalizarla. He sido Maestra y los niños me han abrazado contándome lo que no se atreven a decirle a sus progenitores.
Mª del Prado Díaz del Castillo
mdelprado.diaz@gmail.com
Muchas gracias por tu comentario, Mª del Prado. Es un importante aporte, que completa lo dicho.
Te felicito por esos excelentes artículos ,eres una súper profesional en lo que haces.Nos encanta leerlos con mi familia.
Gracias Cata. Un fuerte abrazo!
Los comentarios están cerrados.