¿Regresar a las heridas? o por el contrario… ¿Olvidar y seguir adelante?. Si tuviéramos un botón en algún lugar de nuestro cuerpo, destinado a la función de poner en off los recuerdos, bastaría con resetear nuestro sistema y empezar de cero. Pero no somos así.
Nuestra vida está coloreada con los tonos de nuestra historia y es esta, con sus infortunios y sus alegrías la que nos va mostrando los diversos caminos a seguir.
El cuerpo recuerda
Pero los recuerdos van más allá de lo que nuestro cerebro registra como tales. Las imágenes que han quedado grabadas son sólo parte de una memoria que también habita en el cuerpo, en sensaciones que a veces ni podemos traducir, en músculos tensos de tanto guardar los secretos, las vendas que nos ponemos para no ver las propias trampas, las excusas que usamos para no cambiar.
Experiencias traumáticas se esconden detrás de las memorias que se han quedado en el inconsciente. Por algunas vías consiguen hacerse presentes, pero aparecen distorsionadas en sueños y pesadillas, en somatizaciones, bloqueos emocionales, fobias o distorsiones sexuales. El carácter, que es el conjunto de defensas con las que nos enfrentamos a la vida, sirve como guardián de los recuerdos reprimidos que distorsionan el presente, convirtiéndonos en rehenes de nuestra propia biografía.
Unos más y otros menos, todos y todas tenemos heridas por curar. Y regresar a ellas está muy lejos de ser una intención autodestructiva, como se piensa a veces: «¿Para qué volver a pensar en eso?», «Si la vida son dos días, déjate ya de tonterías y pasa página».
Volverá hasta que lo resolvamos…
¿Acaso cuando leemos el libro más importante de nuestra vida dejamos alguna página sin leer? ¿Pasamos a la siguiente por el simple hecho de no haber comprendido alguno de sus párrafos?
Posiblemente. Cuando uno de esos párrafos supone dolor y sufrimiento, es probable que queramos acabar cuanto antes y pasar a otro tema más divertido o, al menos, aliviador. Pero es una malísima idea porque, como ya sabemos, volverá tarde o temprano y ya podemos poner mar y tierra en medio, que volverá.
Volverá hasta que lo resolvamos. Y resolverlo significa regresar a las heridas que han marcado nuestra historia, no para regodearnos en el sufrimiento sino precisamente para curarlas y seguir adelante con una vida vivida con consciencia. Sólo al verlas, podemos acceder a ellas y dar el alivio necesario. ¿O acaso vamos por la calle con una pierna rota después de una caída? No es lo más habitual. Al contrario, intentamos curarla lo mejor posible, porque sabemos que sin ella no podremos andar con normalidad. No pensamos… «ya se curará con el tiempo, pasando página».
Cada día tenemos al menos una oportunidad para curar nuestras heridas emocionales. Que el miedo no te impida hacerlo, porque vivir mejor es posible.
1 comentario en «Regresar a las Heridas como parte de la Curación»
«Vivir Mejor» como dices curar para vivir mejor. Si te lastma recordar es por que no curaste lo que sucedio. La idea es ser positivo y sanar las heridas. Ejemplo; si te haces un corte en el pie; lo atiendes para curarlo; ya es una cicatriz asi le pongas alcohol o jugo de limón ya no va arder. Pero si no lo curaste va seguir abriendose esa herida y va seguir doliendo. Por ese estoy de acuerdo con la Psicologa. Maria Clara. Yo tengo in Lema, lo pasado olvidado y enterrado. Ya no tiene que traer sufrimiento a mi vida. «Vivir al 100% POSITIVO».
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