Las situaciones que viven las personas inmigrantes se asocian comúnmente con la pobreza y la injusticia. Soy consciente de que sin haber resuelto las necesidades esenciales, como son comida y vivienda, pasando por la inserción laboral y el respeto a otros derechos básicos, una sociedad no puede avanzar. Pero el hecho de tener estas necesidades resueltas tampoco nos asegura una buena calidad de vida emocional y a veces esto se pasa por alto.
Cuando ignoramos que la calidad de vida va más allá de la satisfacción de las necesidades básicas, la variable migratoria, aunque sea invisible, puede seguir actuando como estresor, afectando no solo el bienestar social sino también la salud física y psicológica.
Sabiendo que una buena parte de nuestra sociedad permanece indiferente a quienes emigran buscando una vida mejor —y a veces simplemente una vida—, y que ya es bastante para muchos con tener lo básico, parecería ocioso echarle tiempo a pensar, además, en un bienestar emocional para inmigrantes en condiciones vulnerables o en situaciones sociales más privilegiadas.
Pero desde mi punto de vista no es ocioso pensar en esto, como no debería ser un lujo que cualquier persona, venga de donde venga y esté como esté, tenga atención a todos los niveles relacionados con la salud, incluida la salud mental, por supuesto.
Así que hoy vamos a pensar en la situación de muchas personas que, independientemente de sus condiciones socioeconómicas y siendo inmigrantes, pasan por situaciones difíciles, claro, como todo el mundo, pero con una característica que supone, si no una vulnerabilidad, sí una condición particular que la define y la identifica: la experiencia migratoria.
Inmigración, apoyo psicológico y psicoterapia
Todos los acontecimientos de nuestra vida están coloreados por nuestra percepción, es decir por la manera como los interpretamos, y la percepción está a su vez delineada por las experiencias vividas. Y no es ni peor ni mejor, ni más fácil ni más difícil, simplemente es diferente la manera de vivir, por ejemplo, las pérdidas e incluso los éxitos, según nuestras condiciones particulares.
¿Para qué le va a servir a un/a inmigrante una psicoterapia? Le va a servir como le sirve a todo el mundo. Pero además va a ser de gran ayuda tomar contacto con los rasgos del carácter, ya que esta información puede marcar un antes y un después en su experiencia migratoria y dará la posibilidad de resolver conflictos que posiblemente aparezcan ahora, pero que responden a experiencias más antiguas, como ecos, como resonancias, como un déjà vu que no podemos achacar al jet lag y mucho menos años después de estar habitando en otro lugar.
Inmigración y carácter
Cuando migramos, el carácter se pone a mil, porque es nuestro capital defensivo, que nos sirve para protegernos de los posibles peligros. Y como, al menos al principio, estamos en terreno desconocido, es normal que se ponga a funcionar.
Así es como, por ejemplo, reaccionamos con extrema complacencia hacia los demás, dando las gracias hasta por los malos tratos recibidos, o para que esto no nos pase, aparecemos en el mundo como si lleváramos una cinta aislante que nos protege de todo riesgo de contacto, o nos comportamos con una insistente demanda de atención y reconocimiento, o no podemos parar la cabeza con pensamientos, cuentas y recuentos, o solo comemos, vemos y escuchamos la comida, las series, la música y la radio de «allá», o vamos de un lado para otro buscando qué hacer sin apenas respirar, o nos quedamos bloqueados en la cama sin poder levantarnos a conocer el mundo nuevo donde, en principio, elegimos estar.
¿Actitudes propias de inmigrantes? No siempre… ¿Actitudes propias del carácter? Posiblemente. Todo lo anterior puede resultar perfectamente normal en un primer momento de la inmigración. Pero cuando se convierte en un estado más permanente o cuando, atando cabos, nos damos cuenta de que algo tiene que ver con actitudes y sensaciones de antes que no habíamos hecho conscientes, o que sí detectábamos pero pensábamos que dejaríamos atrás con el viaje, vale la pena pensar en un apoyo psicológico o en una psicoterapia.
Porque la inmigración, dure lo que dure, aparte de ser una experiencia vital inolvidable, también es una excelente oportunidad para conocernos y evolucionar en nuestro camino personal.
Otros recursos para una mejor calidad de vida de las personas inmigrantes
La experiencia migratoria marca constantemente nuestras vivencias. Cuando nos enamoramos, cuando nos desenamoramos, cuando ganamos y cuando perdemos, cuando reímos y cuando lloramos, cuando soñamos y cuando despertamos, cuando estamos acompañados y cuando nos quedamos solos, si lo ves bien, la migración siempre está presente, como una característica más de nuestra existencia. Por esto es que no se puede excluir esta identidad, sin más.
Pero es una pena que la experiencia migratoria se viva como un obstáculo, al que muchas personas atribuyen su malestar, sintiéndose, por ejemplo, constantemente discriminadas en su vida cotidiana, sin un suelo firme en las horas bajas, con un frágil equilibrio al establecer nuevos vínculos, sin darse la oportunidad de revisar la propia manera de funcionar en el mundo y por tanto, sin poder descubrir las posibilidades de transformación de la propia realidad.
Te imagino a ti, que estás leyendo en este momento mis palabras, preguntándote… ¿Y entonces qué hago?
Puede ser que hayas acudido alguna vez a un centro de atención a inmigrantes y hayas encontrado que sus programas se centran en problemáticas enfocadas a las necesidades básicas, de las que hablábamos al principio. Sales de allí casi con vergüenza… ¿Tú, quejándote de tu situación mientras otras personas no tienen ni lo inmediato para la supervivencia?
Pero tu malestar sigue ahí, y no hay más remedio que hacerte cargo de tus propias emociones. Después de resolver lo tuyo, quizás puedas incluso ayudar.
Has de saber que existen recursos, además de la psicoterapia, que pueden ser de utilidad en momentos concretos de tu vida, siendo inmigrante, y en los que se contempla la variable migratoria como parte fundamental en tu proceso.
Dentro de estos recursos están el apoyo psicológico en experiencias de duelo, la atención a parejas con un enfoque transcultural, los talleres vivenciales con temas relativos a la migración, los grupos de apoyo presenciales y online enfocados a la experiencia migratoria.
Todos estos programas han sido creados para personas que desean prevenir o resolver conflictos, experiencias o dificultades que se presentan a lo largo de su proceso de vida, y en los que la experiencia migratoria actúa como un estresor más.
Un proyecto migratorio consciente
Y ahora sí, empecemos por el principio aunque sea al final de este escrito. Este es el primer factor, el fundamental, el mejor antídoto contra el fracaso migratorio en prácticamente todos los casos: un proyecto migratorio consciente, con informaciones verídicas y expectativas realistas. Con esta tarea hecha, todo puede ir muy bien.
Nunca nadie nos va a quitar los sinsabores de la vida, seamos quienes seamos, estemos donde estemos y hayamos tomado cualquier decisión. Pero no me quiero ir sin recordar que, cuando elegimos emigrar, el destino de ese viaje depende mucho, muchísimo, de los pilares que pongamos desde el principio.
Dentro de no demasiado tiempo, como inmigrante mi vida se partirá en dos: mitad de años vividos en Colombia, mi país de origen, mitad vividos en España, mi país de inmigración. ¿De donde soy? Toda yo, o la mitad de mi, de aquí o de allá según me pille el día. En los mejores momentos soy de los dos lugares… ¡y de dos o tres más, a estas alturas! A fecha de hoy me siento agradecida por la oportunidad de conocer diversas perspectivas en la mirada del mundo, desde los diferentes lugares con los que me encuentro vinculada.
En fin, lo importante de esta historia es que no soy yo quien te va a decir si está bien emigrar o si es mejor quedarte en casa. Tú verás. Pero por favor investiga, infórmate, asesórate. Y luego, si todo cuadra con tus sueños… vuela… que para eso estás vivo/a.
Pero no llegues al otro lado del mundo con una maleta llena solo de imaginaciones, pensando que las cosas son de una manera para descubrir ya en el otro lado que son de otra, menos interesante.
No es necesario pasarlo mal, no hace falta darse con la cabeza en las paredes cada día, no es sano sufrir más de la cuenta, cuando la información básica ha estado al alcance de tu mano, antes de emigrar.
Por si te sirve de algo, te invito a conocer este documento elaborado hace varios años cuando, junto con mi amigo y colega Markku Välimäki, preguntamos a varios colombianos y colombianas acerca de sus expectativas sobre una futura vida en España. Pienso que sus palabras y el análisis a partir de las entrevistas sigue vigente:
Como hemos dicho en varias ocasiones, la inmigración no es un problema sino una condición. El problema es lo que acontece alrededor de esta, muchas veces a causa de la poca claridad sobre sus implicaciones. Y dentro de la dificultad, la inmigración conlleva una posibilidad de evolución, una experiencia que supone desarrollar capacidades creativas que en otra situación no hubieran surgido.