Cada día viene con una nueva oportunidad para conocernos, para comprender cómo y por qué funcionamos como lo hacemos, para responder a esa recurrente pregunta de por qué somos como somos.
Aceptar esta oportunidad o por el contrario ignorarla, es una cuestión muy personal y nadie está obligado a verse si no puede, si no quiere o si siente que aún no es su momento.
Creo que en general, todos y todas hacemos lo que mejor podemos y uno de los más grandes errores consiste en pretender forzar la máquina para ser o hacer algo supuestamente “más” o “mejor” de lo que es, pues esa es la manera más certera de equivocarse, de caer en la trampa creyendo que la forma y las respuestas están afuera, o que simplemente uno no tiene remedio y le tocó el personaje más desafortunado de la historia.
En todo caso, lo que más pesa es el sufrimiento que acompaña a la insatisfacción personal y lo que más cansa es tener que hacer uso de cantidad de defensas para mantenerse en pie, afrontando una realidad que no parece tener compasión con la parte vulnerable de nuestro ser.
😓 Es agotador ir por el mundo aparentando estar al 100%, cuando en realidad querría uno caer redondo en el sofá, al menos por un rato.
😓 Cansa pretender saberlo todo y aún más cuando pensamos que acudiendo compulsivamente a Google vamos a liberarnos de la ignorancia, mientras consumimos información hasta quemarnos sin haber sacado nada en claro. ¿Te suena?…
😓 Adaptarse a lo que surja para agradar y usar miles de estrategias con la esperanza de acertar todo el tiempo y en todas partes, desgasta hasta el infinito, tanto como agota dedicarse a rechazar cualquier sincronía solo por no ceder.
😓 Cansa mucho también expresar la angustia, los celos, la envidia, la inseguridad o el miedo de formas siempre indirectas y muchas veces inconscientes, como por ejemplo dedicándose a desprestigiar sistemáticamente a los demás, sacándoles los trapos sucios que (no por casualidad) tanto se parecen a los propios.
😓 Cuesta mucho convencerse de que las cosas van a cambiar simplemente porque sí, y aferrarse a la expectativa de transformaciones ajenas mientras se queda uno con la ilusión de la supuesta razón a toda costa.
😓 Qué agotador resulta el caminar a ciegas, la insistencia en correr hacia adelante desconociendo la propia historia personal, como si se pudiera comprender un libro sin necesidad de abrirlo.
Resulta paradójico que para no estresarse demasiado, uno prefiera mantenerse en la superficie aún con el agua al cuello, que sumergirse en la complejidad del mundo interno. Porque como vemos, no existe nada más estresante que vivir luchando contra la corriente.
Entonces sí, hacemos lo que mejor podemos y queremos. Pero también es cierto que el camino es más intenso y placentero cuando nos animamos a conocernos y a hacernos conscientes de nuestras formas de funcionar, dándonos así la oportunidad de transformar lo transformable.
Este viaje de la vida, como sabemos, trae momentos de alegría, de vacío, de dolor e incertidumbre. Pero seguro que no hay experiencia más amarga que la de ignorarse a uno mismo, de espaldas a las emociones que acompañan las vivencias mientras se agotan nuestras fuerzas en el intento de vivir a medias.
Buscar hasta encontrar un trocito de autenticidad e ir tirando de la cuerda puede ser un inicio, a veces imperceptible, pero tan valioso que puede llevarnos a lugares nunca imaginados dentro de nosotros mismos.
Te propongo que lo hagamos de verdad… hagamos lo que mejor podamos y queramos… en el mejor momento posible.