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La Primera llamada al Psicólogo… ¿Usted sí me podrá ayudar?

La primera llamada al Psicólogo puede resultar azarosa simplemente porque quien llama no sabe con quién está hablando ni a quien va a entregar posiblemente sus más íntimos secretos

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Foto: Carlos Unda

Para algunas personas, tomar la decisión de llamar a un psicólogo es un paso difícil. Por una parte viene implícita la aceptación de necesitar ayuda a pesar de la idea de que uno debe salir de sus problemas solo, lo cual es muestra de coraje mientras que apoyarse en alguien es sinónimo de fragilidad.

Ademas, la primera llamada puede resultar azarosa simplemente porque quien llama no sabe con quién está hablando ni a quien va a entregar posiblemente sus más íntimos secretos. 

Así es que junto con la expectativa de la primera llamada puede haber también algo de estrés, como en una primera cita amorosa en la que uno tiene puestas sus esperanzas y a la vez se arriesga al rechazo o a la decepción. 

Dentro de la variedad de tonos y actitudes, una de las preocupaciones consiste en saber si el psicólogo o la psicóloga va a ser capaz de ayudar. Y esta es una de las preguntas que en los primeros tiempos de experiencia profesional chirrían en los oídos de los psicoterapeutas, que pueden caer impulsivamente en las defensas de su propio carácter respondiendo algo como… ¡¡Por supuesto que sí te puedo ayudar!! o cuando el buen humor no acompaña y el terapeuta reclama al paciente por haber llamado si no cree que puede ser ayudado, después de lo cual seguramente no pasarán ni 20 segundos para que el intento haya fracasado definitivamente.

A los terapeutas nos gustaría que nos llamaran precisamente en el momento en que podemos contestar el teléfono para pedirnos una cita el día y la hora más conveniente para nosotros, con fe ciega, sin preguntas incómodas y sin recelos y que el día de la primera sesión fuera tan hermoso y fluido como el último. Este sería el jardín de rosas del mundo psicoterapéutico, más parecido a una película de Disney que a la realidad del día a día. 

¿Por qué una persona que se anima a hacer la primera llamada buscando ayuda psicoterapéutica pregunta si le van a poder ayudar? 

No sólo hay un motivo. Puede ser que esa persona sienta que su problemática es tan complicada que difícilmente alguien podría comprender su situación.

Suele suceder que después de una primera sesión se experimente gran alivio por el simple hecho de haber expresado y compartido lo que estaba tan bien guardado y este es, junto con la llamada, uno de los momentos terapéuticos que se recordarán siempre. 

Otro motivo puede responder a la propia experiencia. Hay quienes llegan a una consulta psicológica después de una procesión de intentos con toda la gama de profesionales de la  salud, sin haber resuelto mayor cosa ya sea por no haber acertado en la elección como por las propias expectativas de salvación en la que el doctor hace y el paciente se deja hacer pasivamente, lo cual ya de entrada es un fracaso seguro. 

Otros motivos más relacionados con la biografía personal pueden hacer dudar a una persona de la posibilidad de ser ayudada… «¿Por qué alguien va a tomarse el trabajo de ayudarme?», «¿Si yo soy un desastre, quién va a poder comprenderme?», «¿Quién soy yo para dar tanta importancia a mi cuidado?», «Y si me engancho y luego no puedo vivir sin el psicólogo?» 

Estas dudas ya son suficientes motivos para revisar cómo los rasgos del carácter construidos a través de la historia personal están condicionando las relaciones,  la salud física y emocional, los proyectos o el sentido de la vida

Como Psicoterapeuta, a la pregunta «¿Usted sí me podrá ayudar?» en un primer contacto telefónico suelo responder tranquilamente que no lo sé. Y no es porque dude de mi capacidad profesional o de los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de mi formación. Hace falta conocernos, establecer un contacto cara a cara, hacer un diagnóstico, elaborar un proyecto terapéutico y si después de esto tiene sentido emprender un proceso, será porque efectivamente me siento convencida de las posibilidades de éxito de la Psicoterapia con esa persona en particular.

La primera llamada en busca de ayuda psicoterapéutica puede ser el principio de un intenso camino hacia sí mismo/a. La expectativa, la ilusión, la desconfianza, el temor, hacen parte del juego y está bien aceptarlos para que a pesar de estar ahí no impidan el movimiento hacia un cambio necesario.

Gracias por compartir este artículo

2 comentarios en «La Primera llamada al Psicólogo… ¿Usted sí me podrá ayudar?»

  1. La dificultad de tomar la decisión está agravado por el ESTIGMA y los PREJUICIOS predominantes en la sociedad referente a reconocer problemas de salud mental (en amplio sentido). Por esto es tan importante de insistir en campañas de concientización. Este tema tiene también que ver mucho con la responsabilidad de los Medios de Comunicación, con su deber de informar sobre ‘PEDIR AYUDA…’.

  2. Me siento reflejada en la descripción de la llamada. Recuerdo que una amiga a la que previamente pedí ayuda me pasó el teléfono de la psicoterapeuta. Ella había pasado por un proceso de psicoterapia y, por eso, me inspiró confianza su propuesta. Cuando llamé estaba tan perdida que no era capaz de confirmar una primera cita, afortunadamente, la terapeuta, fue hábil y, me sugirió que fuera una primera vez, solo para hablar. Una vez allí, cara a cara, fue más fácil, continuar estableciendo el camino a seguir. A día de hoy, estoy en terapia profunda, ya en el tercer año y, puedo decir que los pequeños cambios hacen los grandes transformaciones en la vida. Recomendaría este camino a todo el mundo.

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