Uno de los libros más entrañables que he leído este verano es Crecer libres, vivir felices. Se trata de un recorrido por la experiencia de 30 años del espacio de educación libre Donyets, por parte de Inma Serrano Hortelano, cofundadora y directora, con la participación de personas que han crecido en esta escuela, contando testimonios sobre su paso por allí.
30 años…¡Se dice pronto! Recuerdo mis tiempos de colaboración en Donyets como educadora, allá por el 2003. Ahora, cuando leo las voces de aquellos niños y niñas, hoy adultos, viajo hacia esos momentos inolvidables, cuando les acompañábamos en sus procesos de desarrollo, respetando sus ritmos, cuidando de sus ilusiones, asombrándonos ante su capacidad para coger lo que necesitaban del mundo que se abría ante sus ojos llenos de curiosidad.
El libro empieza con un prólogo de Zoë Neill, hija de A.S. Neill y actual directora de la Escuela Summerhill. Después de una breve introducción por parte de Inma Serrano, continúa con la narración de diversas experiencias que nos regalan Jorge, Dani, Alicia, Mar, Sofía, Isis, Edén, Kike, Sara, Garí, Luz, Naiara, Marina, Izan y Pauet. De algunos/as me acuerdo como si fuera ayer, con otros y otras no tuve el placer de compartir, pero, indistintamente, en todas las historias plasmadas en el libro, se refleja el espíritu de Donyets tal como yo lo recuerdo y como lo disfruté en los dos años que tuve la oportunidad de hacer parte de su cotidianidad.
Me parece estar allí cuando leo las palabras de Inma, hablando de las cosas importantes de Donyets, entre ellas:
[…] La confianza total en los procesos de aprendizaje de las criaturas, durante toda la infancia y hasta la adolescencia, sin necesidad de que una persona adulta motive ni organice nada a priori. Confianza en su deseo de aprender, de conocer, de explorar… Mientras, esa persona adulta organiza el espacio y pone los medios para ello, acompaña el proceso respetando el ritmo personal, la individualidad, ofreciendo herramientas, posibilitando el «ir más allá». –I. Serrano
En Crecer libres, vivir felices, cada quien habla de sus vivencias con total naturalidad, con sinceridad, sin florituras, con recuerdos nítidos y también con borrosas memorias, pero acabando siempre en la consciencia de que la experiencia en Donyets, como niños/niñas o como adolescentes, les aportó una mirada abierta y compleja del mundo y, como adultos/as, una confianza en la vida y en ellos/as mismos/as, que les ha permitido sortear los vaivenes de sus posteriores caminos en otros espacios educativos y sociales.
Donyets, libertad y mutuo aprendizaje
Después de los testimonios, seguidos por una selección de bonitas fotos que dejan ver el ambiente de libertad y de mutuo aprendizaje, encontramos una serie de artículos históricos, escritos por Inma Serrano y Jordi Martínez desde que crearon juntos este espacio, allá por 1993. En estos artículos se reflejan los sólidos cimientos en los que se basa Donyets, tan potentes como el compromiso de sus creadores y de los padres y madres que han apostado por una verdadera educación de calidad para sus hijos e hijas.
¿Calidad?… ¿Acaso me refiero a infinitas actividades extraescolares por semana? ¿A entrar en el bucle de la competitividad? ¿A aprender a portarse “bien” y sacar dieces para que nadie pueda aplastar su ego? O por el contrario… ¿A dejarles hacer lo que les “da la gana”? ¿A dejarles vivir como bestias salvajes? ¿A ser unos maleducados? No. Nada de eso. “Calidad” en la educación es previnir el acorazamiento desde los primeros años de la vida, mientras se favorece un desarrollo saludable, coherente con las necesidades y las posibilidades en cada momento del desarrollo infantil. Así de simple… así de difícil en estos tiempos de culto al narcisismo desmedido en nuestras sociedades.
Encontramos, entonces, artículos sobre la relación educativa basada en la Ecología de los Sistemas Humanos (ESH), sobre los “círculos mágicos” —uno de los recursos más coherentes y eficaces para la formación en la convivencia—, sobre la apuesta por la libertad, sobre la autorregulación, la educación fuera de la escuela y la entrada en lo social. También hay información sobre el origen de Donyets y un corto pero imprescindible escrito, aclarando el concepto de “educación libre”, tantas veces malinterpretado.
Con un listado bibliográfico, en el cual podemos basarnos para profundizar en el conocimiento de la educación en libertad, se cierra este importante libro. A mí me ha llenado de recuerdos, pero también de ganas de seguir trabajando por la salud psicológica y social y, sobre todo, me ha renovado la esperanza en las niñas y los niños del futuro.
Siempre agradecida con Donyets por su labor de 30 años y por los tiempos compartidos. Como esté y donde esté, este proyecto será siempre la confirmación de que “la libertad funciona”.
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